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Un joven catalán crea una agencia de viajes de bajo coste

Alcaraz, de 17 años, ajusta márgenes prescindiendo de intermediarios

Jordi Alcaraz, un joven de tan sólo 17 años residente en Sabadell (Vallès Occidental), ha montado su propio negocio y, al menos por ahora, le funciona viento en popa. Desde las 8.30 horas hasta las 21.00 horas, Alcaraz trabaja en la agencia de viajes que él mismo ha constituido. Pero, eso sí, durante la jornada, se escapa tres horas para ir a la escuela. Y es que sus padres le apoyaron en el proyecto con la condición de que continuara estudiando.

Jordi abrió la agencia de viajes a principios de febrero. Ya ha contratado a tres trabajadores y ha conseguido facturar 25.000 euros en tan sólo dos meses. Alcaraz afirma que, desde el primer momento, ha conseguido cubrir gastos y ya está devolviendo el dinero que le dejaron sus padres para arrancar: 10.000 euros.

El empresario ingresa 25.000 euros en dos meses y por ahora, cubre gastos
Los padres de Jordi le apoyan con la condición de que no deje de estudiar

Con un gran conocimiento sobre los destinos turísticos y con un desparpajo y una madurez que asombra, Jordi atiende a los clientes que se acercan a su pequeña agencia, llamada Outlet Viatges, situada en un local de 30 metros cuadrados en Sabadell. Su agencia también se sale de lo común, porque su filosofía es que, "a pesar de la crisis, todo el mundo pueda viajar", afirma el propio joven. Y aclara, "viajar no es caro, lo caro es lo que te quieren endosar las agencias de viaje".

Las agencias viven de las comisiones que cobran a sus clientes. En esto tampoco se diferencia Outlet Viatges, pero lo que cambia es el margen. "Si una agencia convencional te cobra 2.500 en un viaje, aquí se reduce hasta los 750 euros".

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¿Y dónde está el truco? "No utilizo intermediarios, paso de las mayoristas. Soy yo mismo quien contacto con el hotel y quien busca los traslados. Tampoco tengo que pagar el 5% de las ventas que pagan las franquicias de una gran marca y ese porcentaje se lo descuento al cliente", explica el joven empresario, que antepone como prioridad "el hecho de que el cliente repita y traiga a sus amigos, no quiero un gran margen comercial". Jordi recuerda una clienta que quería viajar a Disney, un viaje que le costaba 2.600 euros en una gran agencia, pero aquí le salió por sólo 750 euros. Con ejemplos como éste, que el cliente repita está casi asegurado.

El hallazgo de grandes ofertas acompaña a Jordi desde hace tiempo. Ha pasado los tres últimos años aprovechando las vacaciones escolares para viajar. Ha realizado 12 cruceros y ha visitado tres continentes diferentes. Como su presupuesto para viajar era limitado, pasaba horas y horas buscando las mejores ofertas por Internet.

"Cuando explicaba a mis amigos que me había ido a Tailandia por 700 euros, todos empezaron a pedirme que les ayudara en sus viajes. En un verano llegaba a hacer hasta 20 reservas hasta que la madre de una amiga me dio la idea de montar el negocio".

Pero esta tarea no es nada sencilla para un menor. Su familia se opuso a la idea, tan sólo encontró el apoyo de su madre. Y ni hablar de bancos o de ayudas públicas para iniciar el negocio. Empezó a dar los primeros pasos gracias a un préstamo que, finalmente, le dieron sus padres. Sólo le pusieron una condición: que siguiera estudiando. Actualmente, Jordi está realizando el curso de preparación para acceder al grado superior de comercio y mercadotecnia. También pidió la emancipación, porque tiene claro que "el 100% de los problemas que pueda tener la empresa son culpa mía".

Pero el joven emprendedor no quiere detenerse aquí y tiene claro ya los planes de expansión para este año: abrir cuatro franquicias.

Jordi recuerda ahora, con ironía, que hace tan sólo unos meses buscaba trabajo en una agencia de viajes y no lo contrataban por su edad y falta de experiencia. "¿Que no sé nada? Aquí hablo con los proveedores, hago las reservas y las ventas, llevo la contabilidad y la gestión, porque no tengo gestoría. Creo que, algo tengo que saber ¿no?" replica, confiado.

El futuro de Jordi Alcaraz parece prometedor. Devora biografías de grandes millonarios y es admirador del fundador de Inditex, Amancio Ortega. "No vive del lujo, nunca está en su despacho, porque siempre está con sus trabajadores. Es como a mí me gusta, siempre de cara al público, trabajando", comenta. Ambición no le falta a este joven empresario que sueña que algún día aparecerá su nombre en la revista Forbes, entre los ricos y famosos. "No me quiero quedar en el mundo de los viajes. Si a los 17 años he conseguido montar una empresa, a los 30 o 35 quiero ser conocido".

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