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Un joven muere en un centro de extranjeros tras pasar 20 días retenido

Un marroquí de 22 años murió ayer en el centro de internamiento de extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona. Según las primeras investigaciones, el joven inmigrante se suicidó en las dependencias policiales de madrugada. SOS Racismo, sin embargo, exigió ayer que se investigue el fallecimiento y que, si procede, se depuren responsabilidades.

La víctima se encontraba en el centro desde hacía tres semanas, pendiente de una orden de expulsión a Marruecos por hallarse en España en situación irregular. La entidad, que entre otras cosas defiende los derechos de los extranjeros, apuntó que el joven se encontraba en situación de "aislamiento" y sugirió que diversos internos están ahora en huelga de hambre en protesta por la muerte del joven. Este extremo, sin embargo, fue rechazado por la Jefatura Superior de Policía de Cataluña.

Algunos internos contactaron con sus familias para que estas explicaran la historia, que ayer llegó a oídos de SOS Racismo, que denunció la "falta de transparencia" que envuelve al CIE y aseguró que el director del centro, Miguel Ángel Prieto, no quiso facilitarles ninguna información del suceso.

La entidad aprovechó para arremeter contra la existencia de los centros de internamiento, donde "las personas están retenidas en situación de indefensión" y "se vulneran derechos fundamentales". A juicio de SOS Racismo, el "secretismo" de estos lugares "propicia vulneraciones y abusos" contra las personas que, aunque no están formalmente detenidas, no pueden deambular libremente y permanecen allí retenidas hasta que son expulsadas o, si eso no es posible, puestas en libertad.

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