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La limitación a 80 kilómetros reduce la emisión de gases el 4%

El encargado del estudio lanza los datos para combatir las dudas sobre la medida

A menor velocidad de los vehículos, menor emisión de gases contaminantes. La premisa se ha verificado en Barcelona, que desde diciembre de 2007 limitó a 80 kilómetros por hora la velocidad en las principales autovías que la rodean. La limitación sólo ha rebajado entre el 3,5% y el 4% la emisión de gases y el consumo de combustible de los vehículos, adelantó ayer en Madrid José María Baldasano, catedrático de Ingeniería Ambiental en la UPC, a quien la Generalitat encargó el estudio.

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Baldasano hizo público el informe sobre las mediciones al mismo tiempo que el Departamento de Medio Ambiente repetía que no dispone de datos sobre el impacto de la medida de los 80 kilómetros. "Estos resultados son fiables", insistió Baldasano. El porcentaje se refiere a la emisión de dióxido de carbono y de partículas en suspensión de los tubos de escape en los últimos seis meses, comparado con el mismo periodo del año anterior. Las mediciones, realizadas a cada hora en 125 puntos de las vías afectadas, suscriben la tesis de la Generalitat "por encima de lo esperado", dijo Baldasano, Sin embargo, Medio Ambiente presentó la norma junto a hipótesis de reducción de la contaminación del 30%. No da para tanto: "Reducir la contaminación del tráfico no basta para mantener el aire limpio", admitió Baldasano.

Ningún técnico de Medio Ambiente evaluó los resultados porque llegaron por sorpresa. Nadie en el departamento conocía las conclusiones del estudio. A finales de julio, Baldasano se reunió con responsables de Medio Ambiente para explicar la situación de su investigación. "Trajo su propio ordenador y mostró muchos gráficos, pero dijo que necesitaba introducir miles de datos más y no nos dio ni un papel", afirmó un portavoz de Medio Ambiente.

Ayer, la indignación del Departamento que dirige Francesc Baltasar se tradujo en una llamada a Baldasano para pedirle explicaciones. La discusión fue "cordial", según ambas partes, pero se le reprochó que hubiera aireado los datos antes de proporcionárselos a quien los paga: la Generalitat. El Gobierno catalán quería presentarlos con pompa y boato a finales de septiembre y acallar así las críticas a la limitación de velocidad. Desde que la norma entró en vigor, ha recibido golpes de todos los sectores por su dudosa eficacia. Medio Ambiente confiaba en responder a todos poniendo los resultados sobre la mesa.

El efecto sorpresa queda descartado. "Ha surgido de forma colateral en medio de una discusión. Se me ha escapado", se disculpó Baldasano. El investigador hizo públicos los datos tras verse acosado durante un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid: ninguno de los tertulianos del acto, plagado de especialistas medioambientales, creía que reducir la velocidad tuviera los efectos positivos previstos por el Gobierno catalán. Apurado, Baldasano zanjó el debate aportando datos concretos.

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"Probablemente la incidencia en la contaminación sea un porcentaje menor, pero habrá que esperar a ver los datos", apuntó Baldasano. El investigador se reunirá con Medio Ambiente el próximo 5 de septiembre para entregar un primer borrador de estos resultados.

Un luminoso informa sobre el objetivo de la limitación de velocidad.
Un luminoso informa sobre el objetivo de la limitación de velocidad.JOAN SÁNCHEZ

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