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El límite de 80 kilómetros se extenderá para reducir la contaminación

Medio Ambiente aprueba un plan de choque contra el cambio climático

El Gobierno catalán quiere cumplir con la reducción de emisiones de gases impuesta por la directiva de Kioto o, en su defecto, acercarse a ello al máximo. El objetivo es que disminuyan en el equivalente a 5,33 millones de toneladas de anhídrido carbónico (CO2) al año. El Plan Marco de Mitigación del Cambio Climático, aprobado por el Consell Executiu, prevé que si las medidas resultan insuficientes, se ampliará la prohibición de ir a más de 80 kilómetros más allá del área metropolitana, donde ahora se aplica esta norma. "No es la primera medida", insistió Frederic Ximeno, director de Políticas Ambientales, pero aceptó que el plan incluye la posibilidad si no se logran los objetivos.

Cataluña tiene el 0,2 por 1.000 de superficie mundial y el 2 por 1.000 de las emisiones

El Departamento de Medio Ambiente parte de que el cambio climático es "inequívoco" y atribuible "en más del 90% a la actividad humana" con consecuencias evidentes respecto al aumento global de temperatura. Cataluña, señala, tiene el 0,2 por 1.000 de la superficie mundial, el 1,1 por 1.000 de la población, el 3,6 por 1.000 del producto interior bruto y el 2 por 1.000 de las emisiones.

La mayor concentración de las emisiones de gases de efecto invernadero se produce en el sector industrial, pero son gases que la directiva permite reducir o, en su defecto, comprar los derechos de emisión a países que no los produzcan, lo que no ocurre con los denominados "gases difusos", que son los que debe combatir el Gobierno catalán.

La actuaciones se concentran en diversos sectores, pero la parte de león de las reducciones correponden al subsector de movilidad, donde las medidas deberían reducir el equivalente a 1,88 millones de toneladas de CO2 al año. Algunas de estas medidas, sin embargo, es dudoso que puedan ser aplicadas en su integridad antes del año 2012. Entre ellas se incluye el fomento de carriles para vehículos que llevan más de dos personas (están previstos en los accesos a Barcelona, pero sólo ha arrancado el de la autovía de Sabadell); el incremento del transporte de mercancías por tren, muy retrasado en todos los aspectos; la mejora de la red ferroviara, y otras medidas más etéreas, por ejemplo el "fomento del uso de la bicicleta".

El segundo bloque en el ahorro de emisiones debe producirse, siguiendo los criterios del plan, en el sector industrial (1,15 millones de toneladas). Otros ámbitos en los que se actuará para conseguir la reducción serán el agrario, con especial atención al fomento de plantas para el tratamiento de los purines y el aprovechamiento de restos agrícolas y forestales, y del ahorro energético en el uso y construcción de viviendas.

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"Son dos cosas diferentes: el plan para mitigar el cambio climático y las limitaciones de velocidad", señaló un portavoz del Departamento de Medio Ambiente, aunque en ambos casos el resultado tiene que ser la disminución de las concentraciones de gases y partículas.

La limitación de velocidad en las vías de acceso a Barcelona entró en vigor el pasado enero y hace un par de semanas Medio Ambiente aseguró que las emisiones habían descendido el 4% gracias a la menor velocidad de los coches, lo que comporta un menor consumo energético. El objetivo era que se redujera el 7% la emisión de partículas y el 17% la de gases de óxido de nitrógeno. Si se mantiene el ritmo actual, a final de año se habrán emitido a la atmósfera el equivalente a 93.000 toneladas de CO2 menos.

CiU han cuestionado la validez de los datos ya que esta misma semana la encuesta de movilidad en día laborable, que elabora el propio Gobierno catalán, señala que se ha producido un descenso del uso del coche del 8,75% que afecta especialmente a la región metropolitana de Barcelona. En opinión de Medio Ambiente, no se pueden comparar "datos reales y encuestas".

Velocidad variable

Dentro de un par de meses (a principios de 2009) debe ampliarse la zona de velocidad limitada, según lo previsto en la normativa por la que se restringió a 80 kilómetros por hora en los accesos de Barcelona. La segunda fase del plan era extender la zona, pero en esta ocasión con limitaciones "variables", es decir, la velocidad permitida será una u otra en función de la hora, de si llueve o no, de si hay congestión o si se dan episodios de contaminación, entre otros factores.

Esto es lo que dice la normativa del Departamento de Medio Ambiente, pero no es él el que organiza y coloca las señales, sino la Dirección General de Carreteras, de Política Territorial, pero en este caso se ha pasado el asunto al Servicio Catalán de Tráfico, del Departamento de Interior. Su portavoz explicó ayer que no sabía nada. Ni él ni nadie que anduviera por allí. Suponía, añadió, que se utilizarán los paneles luminosos que hay en las vías rápidas para indicar la velocidad en cada instante, pero no podía asegurarlo, y tampoco si hay en marcha una ampliación de paneles a otras vías metropolitanas.

La zona donde se aplicará la "velocidad variable" es, más o menos, la que quedará dentro del futuro cuarto cinturón: es decir, en un radio de 40 kilómetros en torno a Barcelona.

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