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El límite de 80 km/h reduce los accidentes y las colas y además genera 21.000 multas

Jesús García Bueno

La polémica limitación de velocidad a 80 kilómetros por hora en las carreteras de acceso a Barcelona debía servir para dos fines: reducir la contaminación y los accidentes. Ese es el mensaje que los conductores ven en los paneles luminosos. En apenas un mes de aplicación de la medida, el primer objetivo queda muy lejos: luchar contra la polución es cosa de años.

Pero la siniestralidad sí se puede medir: en enero se registraron 25 accidentes con víctimas -la inmensa mayoría, leves- frente a los 44 del mismo mes del año pasado. La reducción, del 43%, satisface a los responsables del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), que ven avaladas sus tesis tras las protestas por la limitación de velocidad, que algunas asociaciones de conductores juzgaron "excesiva".

El número de heridos leves también ha caído (de 56 a 33), así como el de graves (de 3 a ninguno). El dato negativo es que, a diferencia de 2007, en enero de este año sí hubo un muerto en carretera. Se trata de un ciclista que fue atropellado por un camión en Castelldefels.

Los 80 por hora han tenido otro efecto, también buscado pero no explicitado a la opinión pública: la fluidez del tráfico de entrada y salida de Barcelona ha mejorado, según los primeros sondeos de Tráfico. Las retenciones en hora punta son ahora más cortas y duran menos tiempo en las carreteras afectadas: la A-2, la B-23, la autovía de Castelldefels (C-31), la autopista del Garraf (C-32) y la B-20. La limitación, sin embargo, no es el remedio absoluto: "Con las congestiones no acabaremos, porque no se puede acabar con ellas", explicó ayer el director del SCT, Josep Pérez Moya.

Actitud "cívica"

Pérez Moya destacó el "civismo" de los conductores que, en su opinión, han respetado mayoritariamente el nuevo límite de velocidad en la primera corona de Barcelona. En todas las vías se registró un descenso de velocidad, especialmente en la autopista del Garraf (20% de reducción) y en la B-20 (22%). Las velocidades medias estuvieron entre 74,1 y 82,6 kilómetros por hora.

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Pero no todos los conductores están aún por la labor. Por eso, Tráfico ha impuesto más sanciones que en diciembre, tomado como mes de prueba: 21.000, lo que supone una media de 684 sanciones cada día. Pérez Moya insistió en que se trata de una cantidad ínfima (el 0,0008%) si se compara con los 23,9 millones de vehículos que circulan en el conjunto de las vías donde se aplica la limitación de la velocidad.

El Departamento de Medio Ambiente evaluará, en abril, el impacto de la medida en la contaminación.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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