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Las localidades costeras reciben menos médicos de refuerzo

Algunos facultativos duplican turnos por falta de personal

Pacientes con bermudas y chancletas hacen cola a la entrada de un ambulatorio. Acuden para ser atendidos de picaduras de medusas o de insectos, gastroenteritis, quemaduras y erupciones solares, pequeñas heridas o fracturas ocurridas a pie de playa. Es una estampa habitual en las costas y poblaciones turísticas de la Costa Brava como Roses (Alt Empordà), Blanes y Lloret de Mar (Selva), que durante estos meses duplican o triplican la población.

En los últimos años se detecta mayor demanda de visitas para ancianos

La mayor demanda de servicios supone un esfuerzo extra para la plantilla habitual de médicos y personal de enfermería y pone de relieve la dificultad del sistema sanitario a la hora de contratar profesionales. Faltan médicos de familia y especialistas y hay que recurrir a los extranjeros para cubrir las plazas vacantes, un proceso que requiere trámites de hasta cuatro años para la homologación de títulos.

Durante la campaña de verano, del 15 de junio al 15 de septiembre, Salud ha contratado 26 médicos de familia y 26 enfermeras para reforzar los ambulatorios de la Costa Brava. Unas cifras inferiores a 2007, cuando se contrataron 28 médicos y 31 enfermeras. Desde el departamento aseguran que el servicio está "garantizado" y que la tendencia es estabilizar plantillas y depender menos de refuerzos.

"Nos hemos quedado cortos de personal, sobre todo en las horas más críticas y toca doblar turnos. Yo llevo varias guardias seguidas sin pegar ojo", asegura Marwan Sérafi, médico en el CAP II de Blanes, el segundo ambulatorio de la localidad inaugurado a principios de año y situado estratégicamente junto a la playa de S'Abanell y de los principales hoteles y cámpings de la zona.

En el nuevo centro aún están a la espera de una médica argentina, su principal refuerzo para este verano. "Aún está en su país sin poder convalidar el título y a estas alturas ya no contamos con ella", explica Sérafi.

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"En verano el problema se agudiza, pero hace tiempo que la falta de médicos se nota durante todo el año", comenta Montserrat Cot, la directora del ambulatorio. Ella misma ha tenido que compaginar sus tareas directivas con el ejercicio de la medicina para reforzar la atención a los pacientes.

Desde el sindicato Metges de Catalunya critican que se doblen los turnos y creen que "faltan como mínimo unos 10 médicos más" para atender el incremento de la población en verano en el litoral de Girona, asegura Antoni Gallego, su secretario general. Lo que no falta es trabajo. El pasado fin de semana el nuevo CAP de Blanes atendió más de 185 visitas de urgencia, casi el doble que el resto del año.

Un 40% más de demanda en Tarragona

Un centenar de profesionales sanitarios (41 médicos, 36 enfermeras y 21 auxiliares administrativos) se incorporan desde el 15 de junio hasta el 15 de septiembre en los centros de asistencia primaria del litoral tarraconense para poder hacer frente al aumento de población que experimentan las principales localidades turísticas durante los meses de verano. Cambrils, por ejemplo, la triplica: los 32.000 residentes habituales en invierno pasan a más de 100.000 en verano. Este acusado incremento se refleja en las consultas de los ambulatorios, que en 2007 aumentaron en un 37% su actividad de junio a septiembre. El desembolso del Departamento de Salud de la Generalitat para pagar al personal de refuerzo esta temporada asciende a 1,7 millones de euros.

El número de contrataciones para este verano es prácticamente igual al de 2007, con un ligero aumento de dos nuevos médicos. El delegado territorial de Salud, Felip Infiesta, lo consideró suficiente. Reconoció, no obstante, que los médicos se ven obligados a aumentar el número de guardias, aunque dijo que las jornadas laborales no superan los límites de 48 horas semanales que marca la legislación europea. Las puntas de actividad más significativas se producen en los de Salou, El Vendrell, Coma-ruga, Torredembarra y Cambrils.

Además de las patologías de verano, desde hace unos cuatro años se viene detectando en Cambrils, de turismo familiar, una demanda mayor de visitas para ancianos, que veranean junto a sus hijos y sus nietos y requieren atención domiciliaria. Son personas de entre 80 y 90 años que padecen enfermedades crónicas, llevan sondas o necesitan curas frecuentes.

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