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ESCUELA PRÍNCEP DE VIANA

El método cambió con un 64% de inmigrantes

Para el equipo directivo de la escuela pública Príncep de Viana, de Lleida, afrontar la interculturalidad en las aulas no está significando ningún problema añadido porque el proyecto educativo que aplica no está condicionado por el aumento de alumnos extranjeros. "La principal distorsión en el aprendizaje de una clase no es el idioma, sino la incorporación de alumnos una vez iniciado el curso, algo difícil de evitar", señala el director Juanjo Rodellar.

"La inmigración hace que el profesorado viva el día a día de una forma especial porque ha de dar respuestas a la nueva realidad en las aulas a causa de la inmigración", dice el director. El 64% de los 226 alumnos de entre 3 y 12 años de la escuela son de 22 nacionalidades diferentes, sobre todo de Marruecos y países suramericanos.

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Todo ello crea un marco con diferentes realidades que requiere un tratamiento educativo especial, que se canaliza a través de las aulas de acogida y el trabajo directo con grupos reducidos.

Lola Vicens, jefa de estudios de la escuela, dice que el fenómeno de la inmigración ha obligado a cambiar la metodología de trabajo. Los sistemas tradicionales han sido sustituidos por proyectos de aprendizaje. A partir de una excursión o de una visita a un museo se desarrollan las actividades escolares y se trabaja el lenguaje, las matemáticas y otras disciplinas. "Este método", explica, "es el núcleo, ya que favorece la incorporación de todos los alumnos. Cada uno sigue su proceso según sus habilidades. Estamos muy satisfechos con los resultados conseguidos", dice Vicens.

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