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No sin las mujeres

En los últimos meses, debido a la difícil coyuntura socioeconómica, se ha escrito mucho sobre el nuevo modelo económico que debe adoptar nuestro país. No hay duda de que debemos avanzar en la calidad de la educación y la formación acorde con la nueva sociedad del conocimiento. Es preciso adecuar las capacidades y habilidades a las necesidades del tejido empresarial y a los cambios tecnológicos, desarrollar las redes sociales y profesionales e introducir los cambios necesarios en los sistemas de gestión empresarial. Priorizar determinadas infraestructuras, mejorar el mercado laboral y aplicar las reformas necesarias e impulsar fórmulas que permitan el progreso tanto de sectores tradicionales que generan ocupación como de los emergentes es el camino a seguir. También es necesario incrementar cuantitativa y cualitativamente el nivel de formación de las personas trabajadoras a lo largo de su vida laboral y, sobre todo, de las que están sin trabajo, ya que una formación sólida y adecuada les permitirá acceder a los nuevos empleos que nuestra sociedad demanda.

Sin embargo, no lograremos un modelo productivo sostenible si no tenemos en cuenta el 100% del talento de la población. Es necesario que las mujeres estén presentes en todos los ámbitos de nuestra sociedad y, por supuesto, en todos los niveles del mercado laboral. Debemos garantizar la presencia femenina en todos los empleos, en todos los sectores y en todos los niveles de dirección. Un país no puede permitirse perder la mitad del talento por el coste en cohesión social que comporta, pero también por la pérdida económica.

Es fundamental realizar un buen diagnóstico y descubrir cuáles son los puntos débiles para poder superarlos. Aunque en esta crisis son las mujeres las que salen a buscar trabajo fruto de la pérdida de ocupación masculina y su tasa de paro es inferior a la de los hombres, no es menos cierto que el desempleo de larga duración todavía se ceba especialmente en ellas y los sueldos están muy por debajo de los masculinos. Un informe europeo explicaba hace unos días que una mujer debe trabajar un mes y medio más que un hombre para ganar el mismo sueldo. Y si lo extrapolamos a España, debería trabajar hasta el 18 de abril del año siguiente para ganar el mismo salario. Seguramente los contratos precarios y a tiempo parcial, que son mayoritarios entre las mujeres, tienen mucho que ver con esa baja remuneración, que a la larga se convierte en bajo nivel adquisitivo y, lo que es peor, en pobreza cuando llegan a la tercera edad.

Por otra parte, estamos ante la generación de mujeres más formada de toda la historia y creo que podemos sentirnos muy orgullosos de ello. No obstante, aún falta formación en competencias relacionadas con el liderazgo, con la dirección de empresas, con el empoderamiento femenino, ya que tradicionalmente las mujeres no hemos sido educadas para desarrollar estas habilidades.

Es cierto que las mujeres tienen más dificultades para conciliar la vida personal y laboral ya que han asumido la responsabilidad sobre las tareas domésticas y de cuidado de las personas dependientes. Hay que seguir avanzando en actuaciones que permitan una nueva organización del tiempo de trabajo, más flexible y eficaz, tanto para hombres como para mujeres. El nuevo modelo económico debe construirse necesariamente en igualdad y las reformas que aborden los cambios necesarios -medidas financieras, mercado de trabajo y sistema de pensiones, entre otras- no pueden dejar al margen la perspectiva de la igualdad. Dichas medidas, aparentemente neutrales, pueden perjudicar aún más a las mujeres en su carrera profesional.

Pero justamente la sociedad del conocimiento en la que estamos inmersos permite nuevas fórmulas de participación gracias a las TIC. Las mujeres no podemos quedar al margen de las redes sociales, cuando somos quienes más hemos practicado la relación en red a lo largo de la historia. Es imprescindible que participemos en los cambios para sumar sinergias, ideas y talento. Sólo así lograremos que se incluya la perspectiva de género en todas las actuaciones políticas y sociales. Como consejera de Trabajo, en el día en que reivindicamos el trabajo femenino, os animo a participar y os ofrezco mi total colaboración. El nuevo modelo productivo también está en vuestras manos.

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Mar Serna es consejera de Trabajo de la Generalitat de Cataluña.

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