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La nieve y las casas rurales, principales reclamos de estas fiestas

El Pirineo de Lleida será el destino elegido por unos 90.000 turistas para pasar sus vacaciones de Semana Santa. La nieve caída la semana pasada y el inicio de la temporada de deportes de aventura garantizan una amplia oferta turística de montaña y una excelente ocupación en los hoteles situados a pie de pistas. Los empresarios del sector esperan vender estos días 100.000 forfaits entre las seis estaciones de esquí alpino -el 20% más que en el mismo periodo del año pasado- y unas 225.000 pernoctaciones hoteleras.

Cualquier sombra de crisis económica o de recorte del consumo ha pasado de largo por el Pirineo leridano. Las perspectivas turísticas son mejores que las del año pasado. El Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida y la Federación de Hostelería indican que, entre el Viernes Santo y el lunes de Pascua, la ocupación hotelera alcanzará el 95% en los establecimientos situados en el área de influencia de los complejos invernales y será algo inferior en los demás.

Para los aficionados al esquí, esta Semana Santa será una fiesta: todas las estaciones de esquí alpino y nórdico tendrán sus instalaciones abiertas, y esta circunstancia no se había producido en los últimos años.

Xavier Moncayo, director del Patronato de Turismo, señala que la mayoría de los turistas que pasarán estas fiestas en la montaña procederán de Cataluña, Madrid, Valencia y el País Vasco. Las últimas nevadas, que dejaron las pistas en buenas condiciones para la práctica del esquí, han acabado animando a los esquiadores indecisos.

Y cada turista se traduce en ingresos: Moncayo calcula que el sector obtendrá unos beneficios aproximados de 30 millones de euros.

Para muestra, un botón. El director comercial de Baqueira Beret, Roberto Buil, explica que la ocupación hotelera para Semana Santa en los hoteles cercanos a la estación "ya era del 70% antes de estas nevadas", por lo que auguró que el temporal favorecerá la llegada de más esquiadores.

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No habrá una avalancha de turistas en el Pirineo, pero faltará poco. El grueso manto de nieve que cubre las pistas y el hecho de que este año la Semana Santa haya caído a mediados de marzo hacen respirar optimismo a los hosteleros. "El calendario nos va a beneficiar mucho porque los destinos de playa tendrán menos demanda que si las vacaciones fueran un mes más tarde", señala Juan Antonio Serrano, presidente del gremio de hostelería.

Serrano no cree que la crisis económica repercuta de una forma notable en la afluencia de turistas al Pirineo de Lleida. "Gozamos de una situación privilegiada porque la costa no será una competencia y, por tanto, el efecto crisis, aunque exista, no se notará a nivel de ocupación". Los turistas, opina, tendrán menos destinos que elegir. "Lo que sí puede ocurrir es que se frenen en los gastos extraordinarios", señala Serrano.

El sector también pronostica una buena ocupación en los alojamientos de turismo rural. La oferta de estas fiestas se complementará con la práctica de varios deportes de aventura, principalmente del rafting (descenso en barcas neumáticas), hidrospeed y piragüismo de aguas bravas en los ríos Noguera Pallaressa, Noguera Ribagorçana, Segre y Garona. Las empresas dedicadas a estas actividades se frotan las manos y calculan que van a prestar más de 20.000 servicios. Otros grandes reclamos de la Semana Santa, si el tiempo no lo estropea, serán el senderismo, el trekking y los deportes aéreos, en especial el parapente y el ala delta. Se trata de dos disciplinas en auge que pueden practicarse en excelentes condiciones en la sierra leridana del Montsec y en el municipio de Àger (Noguera).

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