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Reportaje:

La oreja en el brazo

El 'ciberartista' Stelarc presenta su último proyecto 'Extra ear'

El artista australiano Stelarc lleva más de 30 años revolucionando la escena de la performance y el arte electrónico y casi nueve intentando llevar a cabo su desafío más audaz a los límites biológicos del cuerpo: implantarse una tercera oreja, que no sólo reciba, sino también transmita. Ahora lo ha conseguido y luce una bonita oreja en la parte interna de su antebrazo izquierdo. "Había pensado implantarla en la cabeza, detrás de la original, pero había muchos riesgos, incluso de parálisis del rostro y nadie accedió a realizar la intervención", explica en Barcelona.

"El proceso ha requerido seis meses y tres cirujanos, que han implantado bajo la piel de mi brazo, previamente dilatada, una prótesis biológica que ya ha arraigado, pero que es aún como un relieve. Estoy a mitad del camino. Ahora debo hacer crecer el lóbulo y darle forma con una técnica que emplea células estaminales. Finalmente, despegaremos el pabellón e instalaremos el micrófono que, a través de la tecnología Bluetooth, conectará mi cuerpo a Internet", revela Stelarc.

"Hasta ahora hemos trabajado en Los Ángeles, pero Bush ha prohibido la investigación con células estaminales, así que espero poder concluir el proyecto en España, donde la legislación lo permite. Y añade: "Como artista estoy interesado en la posibilidad de repensar y rediseñar el cuerpo, más que en los aspectos médicos. Mi interés artístico y filosófico se centra en la búsqueda de nuevas arquitecturas anatómicas. En el caso de la oreja, he replicado una estructura del cuerpo, la he reubicado y reprogramado no sólo para oír, sino también para transmitir".

Convencido de que el cuerpo humano es una realidad obsoleta, Stelarc lleva décadas combinando performance, robótica, artes plásticas, vídeo, electrónica, medicina y más recientemente realidad virtual e Internet, para dilatar y optimizar los límites de las posibilidades expresivas del ser humano. "El Extra ear es un órgano telemático, en vez de biológico. Mi trabajo no tiene nada a que ver con la cirugía estética, ni con la búsqueda de un ideal de belleza, sino con la posibilidad de ampliar el sistema sensorial. Enlaza con las investigaciones de nanorrobótica médica y de dispositivos electrónicos que, implantados en diversos órganos, restituyen la visión, permiten controlar ciertas degeneraciones nerviosas o identificar con mucha antelación graves patologías".

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