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El pacto fiscal se aleja de Cataluña

El PP advierte de que la nueva financiación no está en la agenda - Duran rebaja expectativas: no será "un fracaso" si no hay concierto económico

Miquel Noguer

Los partidos catalanes aterrizaron ayer en la realidad tras una noche electoral de euforia en Convergència i Unió (CiU) y depresión en el Partit dels Socialistes (PSC). Los nacionalistas catalanes siguieron saboreando las mieles de haber superado a su rival histórico en unas elecciones generales, pero los números mandan y demuestran que el éxito de Josep Antoni Duran Lleida puede acabar sirviendo de muy poca cosa ante la apabullante mayoría absoluta del Partido Popular (PP). Sin margen de maniobra para ejercer de partido bisagra o de salvavidas del Gobierno, el espacio de CiU para negociar sus demandas ante Mariano Rajoy promete ser tremendamente limitado. De ahí que el propio Duran admitiera ayer que su propuesta estrella de campaña puede quedar, por ahora, en agua de borrajas. "No sería un fracaso si no conseguimos el pacto fiscal", dijo.

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La maniobra es arriesgada. Convergència i Unió quería evitar que las palabras de Duran se interpretaran en clave de renuncia, por eso el propio candidato cuidó bien de subrayar que no desiste y que seguirá persiguiendo el objetivo de dotar a Cataluña de un modelo de financiación equiparable al que tienen el País Vasco y Navarra. Por esta razón Duran dejó clara cuál va a ser su estrategia: intentar convencer al PP de que le conviene contar con Convergència i Unió para las reformas económicas que quiere llevar a cabo. De alguna manera, Duran vino a decir que la firma de CiU es un sello de calidad ante los mercados y las instituciones internacionales que cuestionan los cimientos de la economía española.

Este argumentario no sirvió al Partido Popular, especialmente al de Cataluña, que entiende que CiU es una formación perfectamente prescindible para la gobernabilidad de España. Su presidenta, Alicia Sánchez-Camacho, pidió a CiU que actúe "con la mano tendida, con lealtad institucional, con responsabilidad, con generosidad y con altura de miras", dando respuesta a los problemas reales de los ciudadanos, que en estos momentos, aseguró, no pasan por la consecución del pacto fiscal, sino por la salida de la crisis.

En caso de que Convergència i Unió quiera puentear al PP catalán y negociar directamente con el Gobierno de Rajoy, puede que no encuentre una respuesta muy diferente. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, aseguró que el nuevo Gobierno dialogará con el de la Generalitat, pero advirtió de que rechazará crear "distorsiones", en alusión al pacto fiscal. Y por si esto no era suficientemente claro, añadió que hay una hoja de ruta. "El Partido Popular tiene un programa que es el suyo, no el de CiU", subrayó.

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En cualquier caso, el no del PP no es definitivo. El actual modelo de financiación de la Generalitat, vigente desde 2009, tiene que revisarse en 2013. Entonces comenzará de nuevo el largo proceso de negociación, que incluirá negociaciones a todos los niveles. CiU aspira a reducir a la mitad la actual aportación de Cataluña a la solidaridad interterritorial, que el Gobierno catalán ha cifrado en más del 8% del PIB catalán.

Los nacionalistas de Artur Mas tendrán encima todas las miradas para ver si consiguen o no acercarse a este objetivo. Esquerra Republicana será especialmente vigilante como dijo ayer su presidente, Oriol Junqueras, que pide a CiU que deje de utilizar la ambigua denominación de "pacto fiscal" para abrazar directamente el "concierto económico" que define la financiación del País Vasco. Los republicanos ponen esto como principal condición para no dejar al Gobierno catalán y a Convergència i Unió solos ante el Partido Popular. Páginas 2 y 3

Crece el voto nulo

- La desafección hacia los políticos se ha hecho notar en estas elecciones generales con todas las formas de voto contestatario: el voto nulo y el voto en blanco, y las formaciones que defienden estas dos opciones han logrado un considerable apoyo que supera las cifras de hace cuatro años.

- El número de votos nulos casi se ha triplicado en Cataluña. De los 19.939 que hubo en 2008 se ha pasado a los 55.508 este año. En blanco han votado 63.868, más que los 57.274 de hace cuatro años. El voto blanco sería la sexta fuerza en Cataluña.

- Escons en Blanc, formación que prometía dejar vacíos los escaños obtenidos, recibió 50.854 votos y fue la séptima fuerza. Un partido similar, Escons Insubmisos, tuvo en 2008 5.035 votos.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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