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El paro obliga a los inmigrantes a volver a residir en infraviviendas

En Barcelona hay más de 5.000 pisos ocupados por nueve o más personas - Los extranjeros son el colectivo que más desahucios sufre por impago

Lluís Pellicer

De la casa en propiedad al piso compartido otra vez. La recesión se está cebando en la población inmigrante. El colectivo no sólo es el más castigado por el desempleo, sino que varias organizaciones sociales están observando un aumento de los extranjeros que habían accedido a un piso en propiedad o alquiler y que ahora se ven forzados a compartir su vivienda de nuevo, en muchos casos sufriendo hacinamiento. El Ayuntamiento de Barcelona registró el año pasado un aumento del número de hogares en los que habitan nueve o más personas. Ya hay 5.011 pisos en esta situación en la capital catalana, el 20% más que en 2007.

F. U. es un traductor paquistaní que lleva nueve años en Barcelona. En 2003 se compró un piso en Badalona, pero el año pasado tuvo que dejarlo porque su cuota hipotecaria se disparó. Buscó un inquilino para su vivienda y él se trasladó a un pequeño estudio en Barcelona. F. U. todavía puede permitirse vivir solo. Pero a organizaciones como Cáritas acuden con frecuencia inmigrantes que están perdiendo su casa porque no pueden afrontar la hipoteca.

En 159 pisos de la capital catalana viven más de 15 personas

"Duele porque pasan de una situación estable a tener que volver a vivir realquilados", lamenta Juana Martín, responsable de Migraciones y Codesarrollo de Cáritas Barcelona. Un informe de la Universidad Pompeu Fabra de 2006 apuntaba que el 33% de los compradores de viviendas de segunda mano en las grandes ciudades eran inmigrantes. "Se les ofrecían soluciones mágicas, como hipotecas por el 100% del valor del piso o más y préstamos para los muebles", asegura Martín.

El coordinador del Centro de Información para Trabajadores Extranjeros de Cataluña, de CC OO, Carles Bertran, explica que en muchos casos se cruzaron los avales. "Vendían los pisos a tres inmigrantes y ellos se avalaban entre sí. Y ahora, cuando incumple uno por quedarse sin trabajo, arrastra a los otros dos", agrega.

El paro y la ejecución de sus propiedades, según el sindicato, están obligando a muchos extranjeros a volver a situaciones que pensaban haber dejado atrás, como vivir realquilados. En 2008 aumentaron el 20% los pisos habitados por nueve o más personas, de acuerdo con los datos del padrón de Barcelona. Si se compara con 2001, estas viviendas se cuadruplican. Fuentes del Ayuntamiento matizaron que "no necesariamente" son pisos sobreocupados y que muchos pueden corresponder a familias numerosas.

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La mayoría de estos pisos están en El Raval, el Gòtic, Poble Sec y el barrio del Besòs-Maresme. Un informe publicado este año por el Consejo de la Vivienda Social de Barcelona ofrece un cálculo de los pisos con más de 15 ocupantes. En total, se hallaron 159 viviendas, que sumaban 3.156 personas. Es decir, una media de 20 personas por vivienda.

La portavoz de la organización Afectados por la Hipoteca, Ada Colau, explica que muchos inmigrantes no sólo pierden su piso y quedan en deuda con el banco. "Luego no les quieren alquilar una vivienda porque están en una lista de morosos", dice. SOS Racismo agrega que la crisis está acentuando la discriminación de muchos inmigrantes para acceder a un alquiler. Y eso, añade, los aboca de nuevo a alojarse en infraviviendas.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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