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El pregón de la Mercè llama a la huelga y a la autodeterminación

Espectacular arranque teatral en la Ciutadella - Loquillo triunfa en su ciudad

Una Mercè más reivindicativa que nunca. El poeta y arquitecto Joan Margarit, pregonero de las fiestas de la ciudad, defendió en el Saló de Cent y ante la corporación municipal el derecho a la autodeterminación de Cataluña e hizo, al leer su poema La Llibertat, un llamamiento a la huelga general. El poema es un canto a la libertad -hacer el amor en los parques, las canciones de la Guerra Civil, la República- e incluye estos dos versos: "La llibertat és quan comença l'alba en un dia de vaga general". En el texto del pregón que distribuyó el Consistorio esos dos versos no aparecían, sino otros dos, distintos. Un descuido que el Ayuntamiento atribuyó a que el poeta les hizo llegar una versión anterior.

La velada la completó fuera de programa Peter Gabriel, que no llenó

Y ya no en verso, sino en una prosa contundente, Margarit reivindicó el derecho a la autodeterminación de Cataluña: "Tal vez haya llegado el momento de aceptar que hay que cambiar profundamente la relación con esta España si los ciudadanos de Cataluña, hablen la lengua que hablen, queremos que la nación se convierta en una Holanda o Dinamarca en este nuevo orden mundial". Reivindicó que el ente superior sea Europa frente a la España que proclama "las unidades de destino" y la "irrenunciable unidad de la patria".

El tono y el contenido de las reivindicaciones de Margarit fueron saludadas con un cerrado aplauso de los invitados al acto, al que no asistió ningún consejero de la Generalitat. Sí estuvo presente el ex presidente de la Generalitat y ex alcalde, Pasqual Maragall. Entre la corporación municipal, la reacción fue dispar: amplias sonrisas de los ediles de CiU y ERC y apenas un aplauso -por cortesía- del jefe de filas del Partido Popular, Alberto Fernández Díaz, que inmediatamente después calificó a Margarit de "vocero nacionalista". Fuera, en la plaza de Sant Jaume, delegados sindicales de UGT y CC OO repartían el poema de Margarit, La Llibertat, llamando a la huelga general.

Y si la política marcó el pregón, la fantasía reinó en la Ciutadella, donde empezaban las fiestas y comenzaba la programación escénica del intenso programa de la Mercè, informa Mercè Pérez. Comedia musical y mucha poesía visual desde el cielo fue lo que ofreció la compañía argentina afincada en Valencia, Voalá Project. A las nueve de la noche, en la gran cascada, se formó un auténtico móvil humano de la mano de cuatro ejecutivos que perdieron el último tren que debía llevarlos a casa. Primero, una enigmática cantante les descubrió a cuatro mujeres escondidas en una lona blanca, a 50 metros del suelo y que se movían sinuosamente en ropa interior. Y, progresivamente, la grúa que las suspendía se fue acercando al público para que subiesen en ella los cuatro ejecutivos desorientados. Lanzaron purpurina, papelitos de colores y rosas al público, dieron volteretas en las alturas e, incluso, chapotearon en el agua de la fuente del parque. La gente, a la que se había provisto de globos fosforescentes que hicieron aún más mágica la velada, aplaudió a rabiar.

Desde el suelo, dos músicos y dos cantantes entonaron tangos en diversas lenguas, que derivaron a ritmos electrónicos y rockeros. "Es una forma de realismo mágico, muy latinoamericano; para atacar los sentidos y que el público crea, como los cuatro personajes que se pierden, que todo es posible, incluso volar", comentaba minutos antes de la actuación Roberto Strada, director escénico de Voalá.

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La fiesta siguió con un concierto en el agua de la fuente y un precioso festival de luces. El público valoró la maravillosa iluminación del parque de la Ciutadella en su debú nocturno.

En uno de los conciertos estrella, el de Loquillo en la avenida de Maria Cristina, la sorpresa fue ver al alcalde Jordi Hereu en primera fila, informa Joan Foguet. Plenamente integrado con las fiestas, Loquillo abrió su actuación con un estentóreo y rockero: "¡Gracias, vecinos, bienvenidos a mi ciudad!". El público era de toda edad y condición y destacaba el paisaje incondicional de tupés y chupas. Loquillo hizo subir al escenario a Leslie, cantante de Los Sirex, con quien cantó una canción, y a Carlos Segarra, líder de Los Rebeldes, con quien compartió otra.

Aunque fuera del programa de la Mercè, ayer fue también la noche de Peter Gabriel, informa Luis Hidalgo. No llenó el Palau Sant Jordi, pero tampoco presentaba este un aspecto desangelado. 3.000 personas, en su mayoría de entre 40 y 50 años, presenciaron un espectáculo delicado, con una primera parte algo aburridota y una segunda mucho mejor en la que el ex Génesis, muy parco, se dedicó a sus grandes éxitos. Salvó la noche el envoltorio del show y, especialmente, la gran pantalla ondulante.

Actuación en el parque de la Ciutadella de la compañía Voalá
Actuación en el parque de la Ciutadella de la compañía VoaláJ. SÁNCHEZ

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