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A FLOTE

Los reactivos químicos dan el salto a la industria

Dice la ciencia que, detrás de toda emoción, se esconde una reacción química, o varias. También detrás de todo análisis clínico se esconde una reacción química; en este caso, desencadenada por un reactivo, un producto en el que se especializó en sus inicios la empresa Panreac Química. Hoy es líder en España en la producción de reactivos químicos para análisis en la industria farmacéutica, la industria alimentaria y el medio ambiente.

En Castellar del Vallès, la compañía posee la planta dedicada a la fabricación de reactivos para análisis más moderna de Europa, con una plantilla de 230 empleados y una facturación prevista para este año de 41 millones de euros, el 10% más que en 2008. Panreac compite con tiburones como la farmacéutica alemana Merck, pero tiene su secreto para no acabar devorada por ellos: "Los fabricantes de reactivos somos pocos y nuestros competidores son muy grandes, pero nuestra dimensión reducida nos permite ser más ágiles y responder con mayor eficacia a la demanda", afirma Joan Roget, consejero delegado de Panreac. Roget destaca también la excelencia técnica y la innovación como factores clave del éxito de la compañía.

Los orígenes de Panreac Química Sau se remontan a 1941, cuando un médico fundó una pequeña fábrica en Barcelona para producir reactivos para análisis clínicos, que entonces escaseaban en el mercado español. El traslado de la empresa a Montcada i Reixac, en 1957, permitió ampliar sus instalaciones y la línea de negocio: a los reactivos para uso clínico se sumaron los reactivos para análisis químico. La empresa abría así sus puertas al mercado internacional y experimentaba un rápido crecimiento que la obligaría a un nuevo traslado, en este caso a las amplias instalaciones de Castellar del Vallès, una mudanza que fue posible gracias al capital aportado por la firma británica Bridgepoint, que en 1998 se había hecho con el 75% de la empresa catalana. Bridgepoint abandonó su presencia en Panreac en 2005, cuando el equipo directivo liderado por Roget y la firma de capital riesgo 3i, también británica, compraron el 100% de la compañía.

Con sedes en Francia y Portugal, Panreac adquirió en 2007 la italiana Novachimica y actualmente exporta a 80 países. El 50% de su facturación procede de ventas a mercados extranjeros, donde la empresa se ha propuesto ganar cuota de negocio.

La producción de reactivos para análisis clínicos, origen del negocio, se mantiene hoy como una parte marginal de la actividad de Panreac, centrada cada vez más en la fabricación de reactivos para análisis en la industria farmacéutica, la industria alimentaria y en el medio ambiente, ámbitos en los que la crisis no ha causado estragos. "Haya o no recesión, hoy cualquier producto debe ser analizado por ley una o varias veces antes de llegar al mercado", indica Roget. Panreac encara su futuro también con la mirada puesta en la denominada química fina, una línea de negocio que empezó a explorar en 2004. Se trata de la síntesis de compuestos químicos de gran pureza que se emplean como aditivos en la industria alimentaria o como excipientes de los medicamentos, entre otras muchas utilidades.

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