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El realismo toma la feria de arte contemporáneo Swab

Precios asequibles y formatos medianos predominan en la tercera edición de la feria de arte emergente

La feria ni siquiera estaba abierta y el protagonista de la videoinstalación de Jacob Taekker, en la galería danesa Charlotte Fogh, ya había muerto un centenar de veces. La pieza consiste en una animación de innumerables autorretratos del artista danés, que se van amontonando a medida que los visitantes los matan disparándoles con un revólver como en un videojuego. El domingo, cuando termine la tercera edición de la feria de arte contemporáneo Swab, de Barcelona, quizá el cómputo de disparos podrá dar una idea aproximada de la afluencia de público.

Tras un año en barbecho, la feria dedicada a los artistas y coleccionistas emergentes, ha conseguido reunir una atractiva y abordable oferta, en la que predomina la pintura y los formatos medianos. Las representaciones hiperrealistas triunfan con los personajes de cartón del británico Steve Gibson (Mito) y los inquietantes híbridos (con cuerpo de hombre y rostro de dibujo animado) y las impresionantes cabezas del catalán Samuel Salcedo (3Punts), que parecen blandas aunque sean de resina pintada. Hiperrealismo también en pintura, con los monjes del barcelonés Jaime Súnico (2nou2), los personajes neo-pop del estadounidense Tom Sanford (Koenig) y los rostros que parecen pixelados (pero son pinceladas) del brasileño Harding Meyer (Jarmuschek).

Tras un año en 'barbecho', la muestra ha reunido una atractiva oferta

Lo real resulta omnipresente, aunque en las obras fotográficas (menos numerosas de lo habitual), se mezcla con toques fantásticos y más bien surrealistas. Es el caso de los autorretratos entre irónicos y oníricos del argentino Manuel Archain (Pabellón 4); las mujeres provocadoras de la californiana Anne Hoenig (Loop); la célebre imagen del Che, captada por René Burri e intervenida por el belga Jean Luc Moerman (ADN); y las imágenes de niños en espacios para adultos, que normalmente les son vetados, de Cristina Calderón y J. Paulete (Sicart).

La cosmopolita animación de la inauguración deja presagiar días intensos. Entre los visitantes había muchos comisarios, galeristas que no participan en la feria y dos nuevos directores J. A. Álvarez Reyes, del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, y Moritz Küng del Canódromo de Barcelona. El público se paraba a comentar la patera del alemán afincado en Barcelona Boris Hoppek (Iguapop), amarrada en el estanque de la entrada, y se sorprendía al descubrirse incluido, gracias a una cámara poco oculta, en la videoinstalación de la peruana Andrea Canepa (Rosa Santos).

La mayoría valoraba favorablemente tanto las propuestas como los precios, más contenidos que en otros tiempos. Los promotores del evento, los arquitectos y coleccionistas Joaquín Díez-Cascón y su hija Marina, han asegurado un cierto número de ventas invitando, con gastos pagados, a cien coleccionistas propuestos por las propias galerías. Estas, por lo menos, no tendrán que enfrentarse a los gastos exorbitados de otras ferias. "Los puestos cuestan 4.000 euros, en Arco o Madrid Foto no bajan de 8.000 euros", asegura Díez-Cascón, quien ha contado con el apoyo del empresario textil Isak Andic, propietario de Mango y coleccionista de arte contemporáneo.

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MARCEL-LÍ SÀENZ

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