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El recorte del impuesto de sucesiones reducirá a la mitad la recaudación

Iniciativa considera "injusta" la propuesta y anuncia que votará en contra

Las arcas de la Generalitat acusarán un duro golpe cuando se aplique la reforma del impuesto de sucesiones propuesta por Economía. Cálculos internos del tripartito apuntaron ayer que el impacto sobre la recaudación superará el 40% y podría incluso llegar al 50%. Traducido a dinero, son 450 millones de euros menos, ya que los Presupuestos para 2010 prevén unos ingresos de 899,7 millones por sucesiones y donaciones. No es el tributo que más aporta, pero tampoco refleja batacazos por la crisis como las transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados, o el IVA.

El impacto sobre la recaudación en tiempos de ajuste explica, en parte, el hecho de que la reforma se plantee gradual: se iniciará el 1 de enero de 2010, pero no culminará hasta julio de 2011. Los efectos se dejarán notar del todo en 2012, cuando la economía haya enterrado la recesión. La gradualidad también evita un trato poco equitativo entre herencias gravadas antes y después de la reforma de un día para otro.

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Y es que la reforma planteada es radical. Deja exentos de pago a las herencias hasta 500.000 euros (cónyuges) y a 400.000 euros (hijos) al margen de la vivienda habitual, que casi está exenta si vale menos de 500.000 euros. Hoy, el listón exento es de 18.000 euros. Pero aunque buena parte de quienes pagan ahora dejarán de hacerlo, a diferencia de otras comunidades como Madrid, en que rige una bonificación del 99% para toda herencia sea de 10 millones o de 300.000 euros, el alivio fiscal es mucho mayor para las herencias menos cuantiosas (véase el cuadro). No basta a Iniciativa per Catalunya, que ayer reiteró su oposición a la propuesta. El presidente de la formación ecosocialista y consejero de Interior, Joan Saura, adelantó que no votarán a favor de la reforma si no se modifica el modelo pactado por PSC y ERC: "Es una propuesta injusta porque significa dejar sin recursos las políticas públicas y porque, aunque estemos de acuerdo en restar carga fiscal a las clases medias y trabajadoras, no puede ser que un Gobierno de izquierdas fomente que grandes herencias y grandes patrimonios dejen de pagar".

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