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Una sanidad con menos hospitales y más esperas

No se construirán más centros y las operaciones podrán superar los 180 días de demora - ICV y CC OO acusan a Ruiz de "desmantelar el sistema"

Oriol Güell

La sanidad pública catalana se encamina bajo el Gobierno de Artur Mas hacia una época de profundos cambios que, para unos, servirán para garantizar su sostenibilidad y, para otros, pueden suponer un cambio encubierto del sistema construido durante los últimos 25 años. Entre los primeros se encuentra el consejero de Salud, Boi Ruiz, quien ayer volvió a alertar de que la confluencia de la crisis y los déficits crónicos que arrastraba el sistema dibujan un panorama sombrío sobre el que es urgente actuar de forma contundente. Entre los últimos, ICV y sindicatos como CC OO, que acusan a la Generalitat de estar "desmantelando el sistema", y de forma creciente el PSC, cuyo portavoz de Salud en el Parlament, Josep Maria Sabaté, acusa a Ruiz de "improvisar" y avisa de que sus medidas pueden estar "conculcando derechos de los ciudadanos".

El PSC asegura que los aplazamientos vulneran el derecho de los enfermos

Ruiz presentó ayer a un centenar de directores de centros sanitarios catalanes el plan de medidas urgentes para la sostenibilidad del sistema sanitario, que, sin aportar grandes novedades sobre lo ya publicado por EL PAÍS en las últimas semanas, sirvió para ordenar y mostrar el calado de las medidas que se avecinan. El consejero distinguió entre las "medidas de choque", aquellas que deben servir para superar la grave situación financiera de la Generalitat, y las "estructurales", las que deben poner la semilla para "evitar caer de nuevo en el futuro en los déficits" que ponen en riesgo el sistema.

Entre las primeras, Ruiz anunció un recorte del 50% en las campañas de publicidad, comunicación, protocolo y elaboración de estudios, además del recorte del 2% (que se suma al del 3% adoptado por el tripartito) del dinero que da a los hospitales por actos médicos prestados a los pacientes. En este mismo grupo de medidas hay que añadir las laborales ya en marcha (recorte de salarial del 5% y cobertura de solo la mitad de las bajas), la reducción del dinero destinado a contener la lista de espera y el aplazamiento de la construcción o reforma de hospitales. Sobre las listas de espera, Ruiz confirmó que se adoptarán cambios que 'priorizarán las operaciones más urgentes', pero se retrasarán en los casos en que 'el paciente pueda esperar'. En la práctica, esto se traduce en la eliminación de los programas para contener las listas de espera, lo que repercutirá en los tiempos de espera, hasta el punto de que Salud prevé dejar sin efecto la garantía de 180 días de demora máxima en las 14 intervenciones más habituales. Esta derogación, en opinión del socialista Josep Maria Sabaté, vulnera el derecho del paciente, que 'pierde la cobertura que le da una normativa que vela por unas operaciones que suponen el 80% del volumen de actividad quirúrgica'. El consejero dejó claro que no está en disposición de asumir nuevas inversiones en hospitales, lo que obligará a retrasar proyectos cuyas obras no estén ya empezadas y consignadas en anteriores presupuestos. 'No tenemos este dinero y no nos permiten endeudarnos más', explicó Ruiz. El mensaje es claro: los dos hospitales que ya están en marcha -en la Cerdanya y la Garrotxa- seguirán adelante, mientras que para otros siete de nueva construcción -en Tortosa, Girona, Viladecans, L'Hospitalet de Llobregat, Rubí, Montcada y el Garraf- no hay dinero. Estos centros pueden no verse paralizados si se encuentran en una fase -redacción, planificación- que no requiera inversiones para este año o 2012. En la misma situación se encontrarían las reformas o ampliaciones de grandes hospitales y medio centenar de centros de atención primaria. El recorte ya se ha concretado en uno de los hospitales más reclamados por los alcaldes de los municipios a los que debía atender, el Ernest Lluch. Las obras del centro, que debe construirse en Montcada i Reixach y atender a unas 200.000 personas de este municipio, Cerdanyola, Ripollet y Barberà del Vallès, no podrán ser licitadas este año ni en 2012, según explicaron los alcaldes, que se reunieron con Ruiz el martes. Boi Ruiz también avanzó planes para racionalizar la prescripción de fármacos potenciando el uso de los genéricos y las alternativas más baratas. Todas estas medidas en conjunto podrían reportar un ahorro de entre el 8% y el 11%, en la línea del objetivo del 10% (entre 850 y 1.000 millones en total) que Mas se ha marcado como para este año. Además de este plan de choque, que 'tendrá una duración limitada en el tiempo', Salud prepara medidas adicionales, las 'estructurales', que deben sentar las bases de la viabilidad del sistema para garantizar su futuro. Ruiz dio por finalizado el tiempo en el que 'cada localidad debe tener un hospital a 15 kilómetros' y abogó por concentrar los recursos en unos pocos centros, porque 'no es sostenible tener servicios trabajando al 30% de su capacidad', precisó.

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Sobre la firma

Oriol Güell
Redactor de temas sanitarios, área a la que ha dedicado la mitad de los más de 20 años que lleva en EL PAÍS. También ha formado parte del equipo de investigación del diario y escribió con Luís Montes el libro ‘El caso Leganés’. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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