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Reportaje:

Una santa ametrallada

La escultura de lo alto de la catedral de Barcelona tiene 12 impactos de bala

José Ángel Montañés

El obispado de Barcelona tenía previsto mostrar cómo una grúa bajaba desde el cimborrio de la catedral (a 84,5 metros de altura) la escultura de santa Elena para poder restaurarla. El espectáculo prometía; pero a la hora convenida para bajarla, la imagen ya estaba, con los pies en el suelo, situada en el claustro de la catedral.

La imagen de bronce de cinco metros de altura y varias toneladas realizada por Eduard Batiste en 1907 guardaba una sorpresa: 12 impactos de bala le habían perforado la espalda y conservaba en su interior ocho casquillos de proyectil.

"Son de metralleta, y por su inclinación fueron realizados desde el aire, seguramente desde un avión militar durante la Guerra Civil", explicó Josep Maria Martí i Bonet, responsable de patrimonio del obispado. No está claro qué bando pudo hacer prácticas de tiro con la santa.

Ahora se limpiará la imagen y cuando, dentro de seis meses, se acabe de restaurar el cimborrio, santa Elena volverá al lugar donde ha permanecido un siglo, "con los impactos y los casquillos dentro para mostrar los efectos de la guerra", aseguró Martí i Bonet.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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