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La sede de la Unión por el Mediterráneo acogerá funcionarios del Banco Europeo de Inversiones

Tras un año de incertidumbre desde que abriera las puertas de su sede barcelonesa, la secretaría de la Unión por el Mediterráneo (UpM) empieza a dotarse de herramientas para su funcionamiento. Ayer, la UpM y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) -el banco público al servicio de las políticas de la Unión Europea- firmaron en Barcelona un acuerdo de colaboración. El BEI, que destinará funcionarios propios para que trabajen en la sede del Palau de Pedralbes, financió en 2010 proyectos en el área mediterránea por valor de 2.600 millones de euros, de los que las dos terceras partes pertenecen a los proyectos de la UpM.

En una jornada marcada por la onda expansiva en todo el Magreb -y en general en el mundo árabe- de los acontecimientos ocurridos en Túnez, el secretario general de la UpM, el jordano Ahmad Masa'deh, y el vicepresidente del BEI, Philippe de Fontaine, comparecieron ante los medios de comunicación para explicar el contenido de un acuerdo que establece seis campos de trabajo: intercambio de información que evite duplicidades, promoción de los proyectos de la UpM para facilitar su financiación, mejor comprensión de las necesidades de la región, más visibilidad en los medios de comunicación, creación de redes para poner en práctica su estrategia global y la adscripción de personal entre las dos entidades.

Según Masa'deh, las dos instituciones son clave para la región. "El BEI como primer prestamista a los países mediterráneos y la UpM como la institución encargada por los jefes de Estado y de Gobierno euromediterráneos para identificar, promover y facilitar proyectos".

De Fontaine, por su parte, se refirió explícitamente y en términos positivos a la revolución que ha acabado con el poder de Ben Alí en Túnez y ha señalado que esta colaboración con la UpM es "la mejor respuesta eficaz a los desafíos actuales que enfrenta la región euromediterránea, en especial, el desarrollo económico y sostenible, la cohesión social y el empleo".

La UpM nació en 2008 en París bajo el impulso del presidente francés Nicolas Sarkozy, con grandes ambiciones y con la intención de superar los escollos que habían lastrado el Proceso de Barcelona, básicamente los derivados del conflicto israelo-palestino, que, sin embargo, ha vuelto a convertirse en la piedra de toque de este organismo que reúne a los países de la Unión Europea y los de las riberas norte y sur del Mediterráneo. Su acción se centra en seis áreas: descontaminación del Mediterráneo, autopistas marítimas y de tierra, protección civil, energías alternativas, educación superior e investigación y la Iniciativa Empresarial Mediterránea.

De Fontaine se refirió ayer a proyectos concretos como el llamado Plan Solar del Mediterráneo, el de descontaminación, las autopistas y el apoyo a las medianas, pequeñas y microempresas a través de la Iniciativa de Desarrollo Multilateral de Empresas.

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