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'El señor de las moscas', remozado para el teatro

¿Qué pasaría si siete adolescentes pijos de hoy en día fuesen los únicos supervivientes de un naufragio y tuviesen que subsistir en una isla desierta? Sin iPhones, ni Facebook, ni ningún sucedáneo imprescindible para ellos, bautizados por su adicción a las nuevas tecnologías y a las redes sociales como generación 2.0. De esta premisa parte la versión que el director teatral Abel Coll ha realizado sobre el clásico de la novela inglesa El señor de las moscas, de William Holding. El montaje llega al Versus Teatre el 3 de septiembre después de ocho meses de ensayos, para permanecer en la sala hasta el 31 de octubre.

El elenco de El Senyor de les mosques 2.0, lo conforman los jóvenes actores Georgina Latre (Ventdelplà) y Enric Rodríguez (El Cor de la Ciutat), además de Ricard Farré, Laia Alberch, Pau Vinyals, Edu Tudela y Júlia Barceló. Encarnan a hijos de familias ricas con asignación a colegios privados, pero de poco les valdrán los buenos modales aprendidos en la ciudad, porque situados en un entorno extraño y a la espera de ser rescatados, el miedo y la incertidumbre transformarán sus caracteres. "He sustituido a los niños que pueblan el texto original por jóvenes de entre 17 y 19 años, porque para sobrevivir deberán perder su inocencia, de manera que cuando acabe la función serán personas maduras", explica Coll. La obra tiene reminiscencias cinematográficas directas: "Por su inicio a la serie Perdidos, que además se inspiró en la misma novela de Holding", argumenta Barceló. "Pero, sobre todo, a la película Apocalypse Now, por el enfrentamiento entre los personajes, que no sabrán cómo controlar su agresividad", puntualiza Vinyals.

Jóvenes sin iPhones

Los siete protagonistas actúan en un escenario vacío, al que se incorpora un lateral de las gradas de la sala, simulando una montaña. Pero estos dos espacios se irán poblando de objetos del mundo civilizado conforme avance la trama: algunas maletas, paraguas que simbolizan plantas y ropa en el suelo que hace las funciones de arena de playa. Además, a los comportamientos viscerales de los náufragos se les unen como único artificio voces remasterizadas y cantos de corales infantiles.

Los conflictos, la violencia y las pasiones primerizas están servidos en esta obra que abre la temporada de un Versus Teatre que está de aniversario; la sala celebra 15 años de vida durante este curso escénico.

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