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La sindicatura reclama respeto a su independencia a Gobierno y partidos

Colom pide a Montilla la potenciación del ente fiscalizador de la Administración

El Parlament conmemoró ayer el 25º aniversario de la ley de la Sindicatura de Cuentas con una doble lectura: es una institución "democráticamente necesaria" y se debe respetar y "fortalecer su independencia". Éstas fueron palabras del síndico mayor, el socialista Joan Colom, que fue muy crítico con los legisladores catalanes y también, aunque veladamente, con el Gobierno catalán y su empeño con la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC). El síndico, que a su lado tenía al presidente de la Generalitat, José Montilla, subrayó: "Nuestra independencia debe ser respetada y asumida por las demás instituciones y por las fuerzas políticas".

Colom reconoció que su trabajo "no resulta agradable a los fiscalizados, porque los informes acostumbran a decir que las cosas no se hacen impecablemente", pero reclamó que se tomen en serio sus advertencias y casi se vio obligado a recordar su función: "Denunciar prácticas que huyan de la legalidad". El síndico también mostró su contrariedad por las críticas de los partidos a los informes que son contrarios a los intereses de la formación.

La lista de agravios de Colom era larga y aprovechó la ocasión ante el presidente Montilla y la plana mayor de la Cámara catalana. Colom exigió que se deje de lado el partidismo y le pidió al presidente que cumpla y cubra las vacantes de personal aprobadas en 2007.

Después de tres modificaciones de esta ley, en 1991, 2002 y 2004, la institución espera una nueva reforma que clarifique su situación y le dé competencias para fiscalizar la eficiencia del gasto público y las cuentas de los partidos políticos catalanes, sobre todo ante la aparición de la nueva OAC. Esta situación encrespa al síndico mayor, que ayer no escondió su enojo.

Colom también recordó que el Estatuto catalán establece que la sindicatura y el Tribunal de Cuentas deben "establecer relaciones" mediante convenio. El síndico constató que ambas partes quieren hacerlo "cuanto antes", con la "voluntad de cumplir" el marco estatutario. La relación de la sindicatura con el Tribunal de Cuentas es cordial, tanto que el organismo estatal envió ayer una nutrida delegación al acto, aunque sin su presidente.

El presidente del Parlament, Ernest Benach, señaló que "ninguna democracia es invulnerable" a las malas prácticas, por lo que, añadió, "hay que dar ejemplo de transparencia desde la función pública".

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Tras la crítica de Colom, Montilla, que pareció tomar nota, exigió "transparencia en tiempos de crisis". El presidente de la Generalitat expuso las mejoras y la simplificación introducidas en los procesos administrativos de la Gón pública, y se refirió a la inminente presencia de "nuevos organismos" de control, como la Oficina Antifraude.

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