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Reportaje:

Cuando no todo es fracaso

Varios institutos mejoran sus resultados con atención personal y disciplina, y reducen el riesgo de fracaso escolar, que en Cataluña ronda el 30%

En medio del socavón educativo, la catedrática Victòria Camps ha escrito en su último libro Creure en l'educació: "La educación es el único instrumento que puede igualar a las personas sea cual sea su procedencia social. Permite (...) que una persona inmigrante y de clase desfavorecida acabe siendo ministro de Justicia, como Rachida Dati en el Gobierno de Sarkozy".

Las cosas, sin embargo, no pintan tan fáciles para lograr objetivos tan ambiciosos. La tasa de fracaso escolar roza el 30% en Cataluña, ya que sólo el 70% de los alumnos acaba la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Son alumnos que no acaban la ESO y que no siguen otros estudios. La inmigración se ha disparado en las aulas catalanas hasta el 13,5%. En algunas, se duplica y triplica este porcentaje. Y el fracaso escolar entre los inmigrantes -que a su llegada requieren atención especial- es muy superior al de los nativos.

En este panorama de desesperanza, muchos institutos están mejorando sus resultados. Unos, con ayuda del Departamento de Educación a través de planes de autonomía y de mejora; otros, como el Francesc Macià, de Cornellà, por su propia cuenta. EL PAÍS ha elegido cuatro centros públicos de secundaria, de perfiles bien distintos, en los que el fracaso escolar se ha reducido y se mueve entre el 9% y el 25%.

SALVADOR ESPRIU

Barcelona

En este instituto del popular barrio barcelonés de El Clot el fracaso es bajo. El 91% de alumnos han aprobado la ESO durante los últimos cuatro años. "Ha habido años con el 88% y años con el 93%", dice Mireia García-Cairó, coordinadora pedagógica del instituto. La tasa de inmigrantes ronda la de El Clot, en torno al 12%.

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¿Cómo lo logran? "Lo primero que hacemos es entrevistarnos con las familias de los nuevos alumnos una a una. Nos entrevistamos también con los tutores de las escuelas de donde vienen. Así vemos las necesidades que tienen y podemos desdoblar clases con ritmos distintos. Tenemos clases desdobladas en Matemáticas, Catalán y Castellano", añade esta profesora.

"Pero la clave son las ganas del profesorado. Se necesita un seguimiento de los alumnos y un contacto con las familias. Un equipo de profesores sigue los problemas del centro, sobre todo de los de actitud de los alumnos. Así podemos actuar", dice esta profesora. La disciplina tiene un papel clave para tener buenos resultados. "Si un alumno llega 5 ó 10 minutos tarde varios días se habla con él y normalmente se mejora la puntualidad. Expulsiones temporales sólo las hacemos por cosas graves: insultos, peleas o robos".

FRANCESC MACIÀ

Cornellà

El año pasado lograron graduarse en la ESO el 82% de los alumnos. "Venimos de tasas de graduación mucho más bajas, entre el 69% y el 71%, pero en cinco o seis años hemos ido mejorando", dice el director, Leandre Mondrià. La tasa de inmigrantes en el centro es del 25%.

"Renunciamos al plan de mejora de la Generalitat. Era mucho trabajo burocrático y el profesor encargado tenía una compensación de 150 euros".

La disciplina es básica en este centro. "A los alumnos les decimos que si vienen a estudiar les vamos a proteger y nadie se pasará con ellos. A los que tienen dificultades para seguir el ritmo les ofrecemos una manera de trabajar más lenta", dice el director. "En Matemáticas, que es la típica asignatura en la que hay alumnos con retraso, tenemos clases de ritmo normal y con ritmo lento. Lo hacemos con los mismos medios desdoblando grupos. Muchos centros lo hacen y da resultados".

"Tenemos todos los estratos socioeconómicos, aunque predominantemente el nivel es medio-bajo. Dos cosas importantes son "la disciplina y la implicación", recalca Mondrià. "Los alumnos conflictivos no llegan al 2% y no se puede permitir que unos pocos alteren el ritmo del centro. Si alguien se pasa, se va a casa una mañana y si hay un insulto a un profesor o una falta grave se va tres o cuatro días. Tenemos claro que debe haber un apoyo total a la figura del profesor, y los padres colaboran. Y luego es importante apoyar, estimular y reconocer el esfuerzo del alumno. Cada alumno que tenga buenos resultados o destaque por su convivencia recibe una carta personalizada en Navidad y al final de curso", añade el director.

ANGELETA FERRER

Sant Cugat

"Aquí se gradúan en ESO el 90% de los alumnos. Mantenemos esta tasa en los últimos años", dice el director, Joan Artigas. La inmigración ha llegado a este instituto de Sant Cugat, aunque sólo es el 7% u 8%, como en la ciudad. El alumnado es variado, pero el prototipo es de extracción socioeconómica media o media-alta.

"Intentamos anticiparnos a los problemas. Pusimos en marcha hace unos años un ritmo de aprendizaje más lento para algunos alumnos. En las aulas de ritmo más lento hay como máximo 12 alumnos. No rebajamos el nivel, sino que reforzamos las cuestiones más básicas. Los alumnos están allí el tiempo necesario, que pueden ser meses o todo el curso", dice Artigas. "También tenemos aulas para los que tienen dificultades serias. El máximo en este caso es de seis alumnos por aula, pero no están todo el día separados porque sería negativo. Educación nos ayuda con un profesor a media jornada".

También se ayuda a hacer los deberes. Hay un aula con monitor para que "los alumnos con riesgo de exclusión social los hagan en las tardes que no hay clase. Todo esto se nota en el resultado", dice el director.

Otro aspecto es formar al profesor. "Una parte de los profesores se han comprometido a aprender informática para trabajar mejor con los alumnos". ¿Disciplina? Sí. "Pero no es necesario mano dura más que en algunos casos. Actuamos cuando llega el momento", recalca el director.

LLADONOSA

Lleida

"Tenemos una tasa de aprobados de ESO del 75%. Hemos mejorado. Hace unos siete u ocho años teníamos entre el 57% y el 60%", dice Xavier Solé, director del instituto.

Con una tasa de inmigrantes que ha crecido hasta el 22%, este instituto se ha esforzado por que todos los alumnos puedan llegar al mismo objetivo con "distintos ritmos y hasta con distintos horarios y trabajos. Para eso hay que hacer clases según los ritmos. Tenemos ayuda de Educación", dice Solé.

Otra línea de trabajo es "la transmisión de valores y la disciplina. Se trata de fomentar el esfuerzo, la disciplina y la puntualidad. Y la gente responde". También porque el centro capitalice actos de todo tipo con las familias y los alumnos: hay que implicarles a todos. Este centro es abierto y cada mes se organizan actos, charlas, cursos".

Arriba, alumnos en el instituto Francesc Macià, de Cornellà. Abajo, estudiantes del instituto Salvador Espriu, de Barcelona, en una clase de Inglés.
 / joan sánchez
Arriba, alumnos en el instituto Francesc Macià, de Cornellà. Abajo, estudiantes del instituto Salvador Espriu, de Barcelona, en una clase de Inglés. / joan sánchezMARCEL·LÍ SÀENZ

IES Francesc Macià

- Alumnos: 700

- Inmigrantes: 25%

- Acaban la ESO: 82%

IES Salvador Espriu

- Alumnos: 690

- Inmigrantes: 12%

- Acaban la ESO: 91%

IES Lladonosa

- Alumnos: 602

- Inmigrantes: 22%

- Acaban la ESO: 75%

IES Angeleta Ferrer

- Alumnos: 700

- Inmigrantes: 7%

- Acaban la ESO: 90%

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