Los vecinos denuncian nuevas talas en el Tibidabo

Un pequeño cráter empieza a crecer en la ladera del parque de atracciones del Tibidabo que acogerá la futura montaña rusa. La atracción ya ha supuesto la tala de 36 encinas además de otras 22 que han sido trasplantadas, según la versión municipal.

Pero estos datos contrastan con los que maneja la Plataforma SOS Tibidabo, contraria a la desaparición del encinar. Su presidenta, Quica Graells, denunció ayer la tala de más árboles para hacer hueco a la atracción al tiempo que añadió que solo dos o tres de las centenarias encinas han sido trasplantadas en un vivero de Cardedeu. "Lo del trasplante es un cuento de hadas", dijo.

Las obras de la montaña rusa empezaron hace un mes y la desaparición de las encinas dejó un claro en el aún frondoso bosque, pero ahora ya se ve un solar. El Ayuntamiento sostuvo que el impacto ecológico sería mínimo -se plantarán 190 árboles más- hasta el punto que un alto cargo municipal calificó la tala de "reordenamiento de un jardín". La plataforma siempre discrepó y avanzó que unos 200 árboles acabarían afectados. "La montaña rusa se sostendrá con 109 pilones de tres toneladas de cemento cada una. Y cada una se llevará una encina y las raíces de otra", sostuvo Graells. Marta Ruiz, vicepresidenta de la plataforma, afirmó que no pueden conocer con exactitud el número de árboles talados aunque el trasiego de camiones y grúas ha sido continuo.

Toda la zona que ocupará la atracción está vallada. Miembros de la plataforma, que han recogido 35.000 firmas y tienen el apoyo de 340 entidades, aseguran que no pueden moverse libremente por el parque porque el Ayuntamiento quiere frenar nuevas protestas de los ecologistas. Hace dos semanas, se prohibió a varios de sus miembros, con el pretexto del fuerte viento, acceder al legendario avión para hacer fotos. A otras personas les impidieron utilizar la cámara. Un notario levantó acta de lo acontecido.

El Ayuntamiento ha defendido la montaña rusa pese al rechazo de la oposición, mayoritaria en el pleno municipal. Este diario intentó ayer sin éxito contactar con Barcelona Servicios Municipales (BSM), empresa que siempre ha defendido que la atracción es pequeña. Mientras, hoy se presenta un reportaje de 12 minutos sobre la historia del parque.