Los voluntariosos Green Day
La juventud baila, al menos cuando asiste a un espectáculo que lo requiere. Y no asistió en masa al de Green Day anoche, de modo que los californianos pudieron comprobar que el Sant Jordi es tan grande como las cifras de ventas de sus discos. Unas 9.000 personas acudieron al concierto, que sin embargo fue oficiado con algo tan poco punk como la profesionalidad, que llevó a la banda a afrontarlo como si delante tuviese las multitudes de sus mejores años. Vale que su cantante, Billie Joe Armstrong, espoleó más de lo deseable al personal, al que no dejó de solicitar que corease nimiedades, pero por eso mismo no dio muestras de achicarse ente la escasa expectativa levantada por su banda. Así pues, quien allí estuvo disfrutó.
Antes del concierto sonaron Ramones quizá a modo de homenaje, luego salieron los protagonistas corriendo como en los buenos tiempos, ¡toma brío juvenil!, y mientras un perfil urbano se dibujaba en la parte posterior del escenario, la banda aplanaba orejas con 21 century breakdown sazonada con fuegos de artificio, Know your enemy y East Jesus nowhere, pieza en la que un crío subió al escenario -que nadie se asuste, el concierto comenzó a las 20.15 horas- para allí quedarse sin saber muy bien qué hacer hasta que le fue preguntado su nombre. Federico, que así se llamaba, fue el primer espectador de los varios que, invitados al escenario, formaron parte de un show voluntarioso, chistosillo y generosamente salpimentado con explosiones, surtidores de chispas, fuego y una manguera que dispensó agua a presión. Todo sea por el ruido y la diversión más juvenil y alocada.
Tras una entrada con piezas del nuevo disco, el concierto abordó la recuperación de temas clásicos, entre los cuales despertaron natural locura el celebérrimo Basket case, She y King for a day. La potencia del sonido fue empujada por la voz de gamberrete de un Billie Joe que quiso sentirse un chaval al frente de un grupo cuyo sonido punk-roquero fue cosido anoche con guitarras y remachado por una sección de ritmo que funcionó a modo de apisonadora. El generoso aunque excesivo minutaje del show (más de dos horas), la apañada aunque poco imaginativa escenografía del mismo y el ambiente general de juvenil algarabía marcaron un concierto en vuelo rasante, de ritmo demasiado entrecortado y discontinuo, pero al fin y al cabo voluntariosamente simpaticote. Y la juventud bailó y se desgañitó.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Francia llora la muerte de Brigitte Bardot, la ‘Marianne’ animalista
Las 10 mejores películas de Brigitte Bardot: de ‘Y Dios creó a la mujer’ a ‘La verdad’ y ‘¡Viva María!’
Parecen inocentadas: las 10 noticias reales más surrealistas de la última década
Muere el empresario Carles Vilarrubí, pilar de la creación de Catalunya Ràdio y exvicepresidente del Barça, a los 71 años
Lo más visto
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- El alpinista Simone Moro sobrevive a un infarto a 5.000 metros y anuncia la creación de un servicio de rescate aéreo en el Karakoram de Pakistán
- Acuerdo en Villamanín por el Gordo sin repartir: la comisión de fiestas cede más de dos millones por la paz del pueblo




























































