Aparatosa postal
Es una idea que pertenece al siempre resbaladizo terreno de la pura hipótesis, pero uno intuye que Walter Ruttman, el cineasta que capturó el pulso de su enfebrecida y vital urbe en la visionaria Berlín, sinfonía de una gran ciudad (1927), no haría demasiadas buenas migas con el productor Emmanuel Benbihy, impulsor de la franquicia cinematográfica Cities of love que, de momento, ha servido a la platea global dos sofisticadas y corales mentiras a honra y gloria de París y Nueva York, mientras Shanghai, Río de Janeiro, Venecia y Tombuctú esperan turno para que pase el tsunami de su cursilería high class.
El concepto Cities of love se fundamenta en la demostración de la universalidad del amor, a través del concurso de una selecta nómina de autores reclutada entre la primera -y, en ocasiones, la segunda- división del cine internacional. Toda una lección aplicada sobre uno de los nuevos usos del cine, también explorado por la Vicky Cristina Barcelona (2008) de Woody Allen: el calidoscopio con espíritu de neomitología turística orientado a vender la ciudad como ficción habitable y, por supuesto, blanda.
NEW YORK, I LOVE YOU
Dirección: varios.
Intérpretes: Bradley Copper, Shia LaBeouf, Natalie Portman, Orlando Bloom, Robin Wright Penn, Christina Ricci, Andy García, Hayden Christensen.
Género: romántico. Francia-Estados Unidos, 2009.
Duración: 110 minutos.
New York, I love you adopta una forma muy distinta que la precedente Paris, je t'aime: si en ésta se privilegiaba la identidad estilística y conceptual de los autores convocados -de los hermanos Coen a Isabel Coixet, pasando por Sylvain Chomet, Christopher Doyle y Wes Craven, entre otros-, la entrega neoyorquina parece aspirar a cierta unidad formal y enmarca sus microficciones en un tenue relato unificador.
No resulta demasiado alentador que, en una película colectiva que cuenta con nombres como los de Fatih Akin, Shunji Iwai y Jiang Wen (además de Mira Nair, Joshua Marston, Yvan Attal o Allen Hughes o Natalie Portman), lo más reseñable sea el heterodoxo -aunque tampoco extraordinario- segmento firmado por Shekhar Kapur con guión del malogrado Anthony Minghella. Si alguien busca un buen ejemplo de derroche perfectamente inútil, aquí lo tiene.
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