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CÁMARA OCULTA
Columna
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Cannes y la libertad

El cineasta iraní Jafar Panahi sigue detenido desde hace dos meses por mostrar su oposición al Gobierno o, lo que parece un delito mayor, por estar supuestamente preparando una película sobre el posible fraude electoral que llevó al poder a Ahmadineyad. Sigue en prisión aunque su compañero de oficio y de detención, Mohammad Rasoulof, haya sido liberado estos días, y a pesar también de las numerosas peticiones de libertad que están firmando gentes del cine y de la cultura de medio mundo, incluidos recientemente Scorsese, Spielberg, Coppola, De Niro, y otros nombres famosos de la industria norteamericana.

Es posible que nada de esto sirva para liberar a Panahi de inmediato, pero queda al menos constancia de que al resto del planeta no le es indiferente que se siga encarcelando a quienes defienden ideas propias. Injusticias que no ocurren sólo en Irán ni son exclusivas del mundillo del cine, pero a cada cual le corresponde reaccionar dentro de su gremio. Así lo han entendido también muchos cineastas europeos a través de distintos medios, uno de ellos www.cineuropa.org, dirección en la que cualquier ciudadano puede sumarse a la petición de libertad para Panahi. Si el director no ha disfrutado de independencia para filmar sus películas, con las que a pesar de todo ha obtenido premios en numerosos festivales, al menos que la tenga en su vida personal.

Más información
Más censura para el cine iraní

Apoyo a Panahi

En el próximo festival de Cannes se exhibirá la película de su compatriota Abbas Kiarostami, rodada en Italia y con Juliette Binoche en el reparto. Y precisamente es la figura de la Binoche la que preside el cartel del festival de este año. Veremos si con tal oportunidad Cannes hace un llamamiento masivo respecto a la situación de Panahi como el que se hizo hace unos pocos años en defensa de Ingrid Betancourt, entonces secuestrada por la guerrilla colombiana: se colocó sobre la fachada del Palais una foto gigantesca suya. Eso sí, pasó un buen tiempo de secuestro antes de que Cannes se sumara a la causa de su liberación.

Quizás ahora reaccione con más rapidez. Con una película iraní a concurso, la Binoche en el cartel oficial, y el reciente apoyo de grandes de Hollywood, puede que su sensibilidad se despierte con otra celeridad. Pero lo mejor sería que no hiciera falta hacerlo.

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