Entramado resistente

La detención, por parte del Ejército alemán, de un heterogéneo grupo reunido en un caserío del País Vasco francés una noche de invierno de 1943 sirve de punto de partida al documental El último paso, de Iurre Tellería y Enara Goikoetxea, para contar una historia fascinante y compleja: la del funcionamiento de la llamada red Comète, que, entre 1941 y 1944, logró armonizar el esfuerzo de más de 3.000 personas para ayudar en su camino a la libertad a más de 700 pilotos de la aviación aliada caídos en territorio enemigo. Un entramado de resistencia en el que campesinos belgas y holandeses abrían un camino flanqueado de riesgos que, en su último tramo, se apoyaba en la colaboración y el conocimiento del terreno de contrabandistas vascos.

Con el libro Vascos en la II Guerra Mundial: la red Comète en el País Vasco (1941-1944) del historiador Juan Carlos Jiménez de Aberasturi como hoja de ruta, Tellería y Goikoetxea han logrado articular algo parecido a una apasionante película de aventuras en clave de no ficción, recurriendo a material de archivo y a un buen número de entrevistas de primera mano con los supervivientes de la experiencia. Su propuesta tiene, no obstante, dos puntos débiles que comprometen la fuerza de la totalidad: por un lado, su insistente recurso a una voz en off, que ancla el relato en formas expresivas del documental un tanto rudimentarias; y, por otro, la innecesaria reconstrucción dramatizada de lo acontecido en esa noche trágica de la que parte la investigación retrospectiva sobre la red.

En uno de los testimonios recogidos, una de las integrantes de Comète recuerda cómo la metódica retransmisión de las bajas de la aviación aliada por parte del Ejército alemán les proporcionaba una valiosa guía para rescatar a sus objetivos. A medida que avanza el documental, se va imponiendo el balance de los daños morales y las pérdidas personales que conlleva todo compromiso resistente.