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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Esquirlas morales

Javier Ocaña

El pasado mes de enero, con motivo del estreno de La importancia de llamarse Ernesto, en versión de Oliver Parker, comentábamos que ni siquiera intentándolo con unas enormes ganas era posible cargarse del todo un texto como éste de Oscar Wilde. Estas mismas palabras podrían suscribirse ahora que llega a las pantallas A good woman, versión cinematográfica de El abanico de Lady Windermere, dirigida por Mike Barker. En este caso incluso con más razón, pues, más allá del divertimento que suponen ambas obras de Wilde, El abanico... es una pieza de mayor enjundia, con más esquirlas morales y mayor transgresión social que La importancia...

Barker, autor de Matar al rey (2003), está a cargo de una coproducción de cuatro países, España incluida, con mayoría de intérpretes estadounidenses, en la que el empaque formal deja bastante que desear, comenzando por una insípida fotografía de tono amarillento, con la que no relucen ni los paisajes ni los rostros ni los decorados. Además, la puesta en escena del director es plana y convencional, sin el menor movimiento. Una cosa es estar al servicio del texto y otra no intentar engrandecer éste por medio de recursos que indiquen que el realizador no ha colocado la cámara en el primer lugar que se le ha ocurrido.

A GOOD WOMAN

Dirección: Mike Barker. Intérpretes: Helen Hunt, Scarlett Johansson, Mark Umbers, Tom Wilkinson. Género: comedia dramática. EE UU, RU, España 2004. Duración: 93 minutos.

Más información
El romántico cinismo de Oscar Wilde

Brillantes réplicas

Sin embargo, aquí acaban los problemas de A good woman. El guión de Howard Himelstein tiene la suficiente agilidad como para que los problemas de realización tiendan a desvanecerse en la memoria. Y, por supuesto, está Wilde, brillantísimo en las réplicas y contrarréplicas con temas tan diversos como el matrimonio ("bigamia es estar casado con una mujer de sobra"; "entonces igual que la monogamia"); la rumorología ("mis asuntos me aburren mucho, me interesan más los del prójimo"); la personalidad ("si siempre nos guiamos por las opiniones ajenas, ¿para qué tenemos las propias?"); el orgullo ("si se sale por detrás no se puede volver a entrar por delante"); el carácter femenino ("las mujeres no quieren que las entiendan, quieren que las amen"); la condición accesoria del pasado en las relaciones sentimentales ("no necesito ser el primero, sólo el último"), o el remordimiento ("se requiere práctica y habilidad para vivir sin arrepentimiento").

A good woman se ve con una facilidad pasmosa; o mejor, se escucha gracias a infinidad de perlas como las anteriores. De la interpretación de las excelentes Scarlett Johansson y Helen Hunt sólo podemos decir que parecen estar perfectas en sus respectivos papeles, al menos en el aspecto gestual, porque en el vocal, la prensa sólo pudo disfrutar en el pase de la película de las voces en español de las actrices de doblaje.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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