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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Hacer bien o mal las Américas

Carlos Boyero

Entre las impagables ventajas de la fe en dioses o demonios, de la certeza en que alguien con poderes sobrenaturales va a atender tus súplicas, debe de ocupar un lugar de privilegio la seguridad de que si lo pides con humildad e insistencia tu muerte va a ser súbita y sin dolor, que el tránsito hacia el otro mundo ocurrirá en tu cama y no será excesivamente traumático para nadie, que la Parca te pillará durmiendo, nunca consumido por el tenebroso cáncer u otras enfermedades tan lentas como devastadoras. Cuando ataca ese angustioso asaltante nocturno llamado insomnio, puede ser sombrío casi todo lo que rebulle en el cerebro. Sospecho que entre los temores ante la forma de largarte al otro barrio hay uno que abunda en las pesadillas y es el pavor ancestral a que te entierren vivo. Se supone que por equivocación, porque la ciencia ha certificado que la vida te ha abandonado definitivamente.

LA OTRA HIJA

Dirección: Luis Berdejo.

Intérpretes: Kevin Costner, Ivana Baquero, Samantha Mathis.

Género: thriller fantástico. EE UU, 2009.

Duración: 108 minutos.

BURIED (ENTERRADO)

Dirección: Rodrigo Cortés.

Intérpretes: Ryan Reynolds. Voces: Samantha Mathis, Robert Paterson.

Género: intriga. España, 2010.

Duración: 95 minutos.

Cortés posee un talento enorme para lograr sensaciones
Hay expectación en EE UU ante la generación de Fresnadillo

Puestos a delirar, la imaginación también puede temer que el sadismo deduzca que no existe mayor tortura que meter a su victima en un ataúd. Asfixia, oscuridad y desesperación. Horror en estado puro. La supervivencia mental logra que esa alucinación dure poco. Pero puede ocurrir que un guionista de cine sea tan arriesgado como para concebir una historia que se desarrolla únicamente en un ataúd, ocupado este por un hombre que ha sido secuestrado en Irak, cuya supervivencia depende de que el Gobierno estadounidense o la empresa para la que trabajaba paguen el rescate. O de que el ejército consiga adivinar su claustrofóbico paradero y le liberen antes de esa muerte transparentemente horrenda. Dispone para intentar sobrevivir de un zippo empapado de gasolina y de un móvil con la batería cargada.

Este insólito guión se titula Buried, lo inventó Chris Sparling y lógicamente el kamikaze no tuvo pretendientes, pasó largos años de soledad, incomprensión y desdén en los despachos. El reto de convertir ese material literario en una película atractiva estaba al alcance de muy pocos directores. Es probable que Hitchcock se hubiera podido permitir ese lujo, la experimentación del "más difícil todavía". En Náufragos hizo magia en el único escenario de una barca a la deriva. Creo que era Truffaut el que expresó su lúcida convicción de que ese hombre gordo era el único capaz de hacer algo apasionante con una historia que se desarrollara en un ascensor.

Ese desafío no lo ha afrontado el capricho de un director cuya obra está más allá del bien y del mal, sino el de Rodrigo Cortés, alguien con todo por ganar. Imperdonablemente, tardo demasiado tiempo en ver Buried (enterrado). Por desidia ante los experimentos visuales con una temática tan ingrata, por el inevitable mosqueo de que no voy a ser capaz de soportar durante mucho tiempo esa claustrofobia. La sorpresa es mayúscula. Voy a pasar 95 minutos hipnotizado y en tensión, comprendiendo la incalculable tragedia de ese hombre, su zozobra, su terror y su esperanza, sus relaciones profesionales y familiares, identificándome racional y sentimentalmente con su infierno. Hay que poseer un talento enorme para lograr esas sensaciones en el receptor cuando solo dispones de tu cámara filmando un espacio aparentemente imposible, un actor que te transmite continuamente verdad y un guión en el que no falta ni sobra nada, incluido el desenlace más creíble.

Al parecer, Rodrigo Cortés ha conseguido ese milagro a lo largo de 17 días de rodaje en unos estudios de Barcelona. Es un director español sin crédito comercial que ha importado aquí un argumento y un actor nacidos en Estados Unidos. Qué bonito que el presunto subdesarrollo utilice con tanto arte una idea y un intérprete que pertenecen al imperio.

Existen otros directores españoles que cruzan los mares para buscarse la vida en la tierra de la abundancia. Algunos ya han conocido el éxito nacional o europeo, hay algo en su cine que despierta el instinto de Hollywood para importar talentos europeos, gente que se puede manejar con solvencia entre estrellas y presupuestos notables, aportar calidad y un toque personal a productos construidos en la fábrica más lujosa. También hacerlos rentables. Amenábar demostró una seguridad aplastante rodando en inglés y dirigiendo admirablemente a una megaestrella como Kidman en Los otros. Hay expectación ante lo que puede hacer en Estados Unidos la generación de Fresnadillo. Ojalá que les vaya bien. Desgraciadamente, no es el caso de Luis Berdejo en su ópera prima, en la previsible, sobada y rutinaria trama de terror sobrenatural que desarrolla La otra hija, protagonizada por Kevin Costner, un antiguo príncipe de Hollywood que desde hace mucho tiempo vive una imparable y patética ruina.

Kevin Costner e Ivana Baquero, en <i>La otra hija.</i>
Kevin Costner e Ivana Baquero, en La otra hija.
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