Racismo con los blancos
Corren tiempos de corrección política tan extenuante que resulta casi imposible encontrar una película estadounidense en la que alguna minoría étnica resulte malparada por una concepción argumental. Quizá por ello es tan llamativo el caso de Obsesionada, rutinario thriller de usar y tirar, producido por la cantante Beyoncé Knowles y el ex baloncestista Earvin Magic Johnson, que hubiera hecho correr ríos de tinta si los protagonistas de su trama hubiesen tenido las razas cambiadas. Es decir, si el impoluto matrimonio feliz, hermoso, fiel y trabajador que protagoniza la película hubiese estado formado por dos blancos (y no por la propia Beyoncé y el Idris Elba de The wire), y la arpía, zumbada, agresiva y violadora mujer que intenta destruir su plácida existencia hubiese sido una mujer negra (y no la escultural rubia Ali Larter).
OBSESIONADA
Dirección: Steve Shill.
Intérpretes: Idris Elba, Beyoncé Knowles, Ali Larter,
Jerry O'Connell. Género: Thriller.
Estados Unidos, 2009.
Duración: 108 minutos
Planteada como una mezcla entre Acoso y Atracción fatal, la película ni siquiera tiene el valor de mostrar el menor atisbo de duda en el personaje masculino, un alto ejecutivo, ante el arsenal de libido mostrado por la ardiente secretaria loca por su piel. Michael Douglas la cagaba durante una noche con la demente Glenn Close de Atracción..., y durante apenas un ratito con la agresiva Demi Moore de Acoso.
Pero, destinada principalmente al público afroamericano, Obsesionada no se puede permitir el menor desliz mostrando a un negro que sucumbe a los poderes sexuales de una blanca. Por muy buena que esté.