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Reportaje:

¡Sssh!, rueda Samuel Beckett

El Museo Reina Sofía dedica un ciclo a la obra cinematográfica del dramaturgo irlandés

Elsa Fernández-Santos

O y E son los dos personajes de Film, la película que Samuel Beckett rodó en un viejo edificio de Nueva York en el verano de 1964. Aquélla fue la primera y única vez que el dramaturgo irlandés (Dublín, 1906-París, 1989) voló a la Gran Manzana. Permaneció allí sólo un par de semanas, con un breve guión bajo el brazo y un único actor para interpretarlo. Buster Keaton, entonces un actor en decadencia, víctima de la ruina y de los estragos del alcohol, aceptó sin demasiado entusiasmo el proyecto. Según Beckett, probablemente Keaton ni siquiera se molestó en leer la historia de O (Objeto), un personaje en perpetua huida, y E (Eye), el ojo que le persigue. "Buster no lo entendía. ¿Quién lo entendía? Yo no lo entendía", dijo años después el autor de Esperando a Godot.

Jamás permitió que rodaran sus obras, y él mismo siempre se negó a ponerse delante de una cámara

Film abrirá el próximo día 20 el ciclo que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid dedica a la obra para cine y televisión de Beckett. Una película de 22 minutos prácticamente muda (su única línea de diálogo es un "¡sssh!" que manda callar) y siete piezas para la televisión (la mayoría inédita en España) que los comisarios Breixo Viejo y David Cortés han tardado más de medio año en encontrar y reunir. "La dificultad ha sido enorme. No era fácil dar con toda la obra, estaba desperdigada entre Alemania, Irlanda y Nueva York. Ha sido un proceso largo pero por primera vez se podrá ver completo todo su trabajo fílmico", comenta David Cortés. "Lo que más nos interesaba era cómo el cine de Beckett no es traducible a palabras. Es pura imagen", añade Breixo Viejo. Beckett quiso hacer cine desde muy joven, añade. "Incluso llegó a escribir a Pudovkin y Eisenstein para viajar a Rusia y estudiar con ellos. Pero, finalmente, la influencia de Joyce fue demasiado fuerte y se decantó por la literatura".

En una entrevista con el periodista británico Kevin Brownlow, Beckett describió su relación con Buster Keaton, quien seis años antes de rodar Film había rechazado interpretar Esperando a Godot en un teatro del Greenwich Village por encontrarla una obra ininteligible. Beckett describió a Keaton como una persona hermética y esquiva. "Tenía cara de póquer y también mente de póquer. Dudo que jamás leyera el guión de la película y nunca sabré si le gustó o no. Pero quería hacerla, y fue muy competente. Siempre iba acompañado de una chica joven, su mujer, que al parecer le había apartado del alcoholismo. Era muy difícil mantener una conversación con él. Siempre estaba ausente". En la misma entrevista (que fue concedida con la única condición de que no fuera grabada por ninguna cámara) Beckett asegura que jamás le preguntó a Keaton si sabía o le interesaba de qué trataba Film. "A él no le interesaba. Se pasaba el tiempo jugando a las cartas en su camerino. Sólo le sentí vivo una tarde, en la que se puso a hablar de cómo era el viejo sistema de películas. Fue muy divertido, contó que rodaban sabiendo sólo el principio y el final y que el resto lo improvisaban sobre la marcha". Beckett continúa: "Buster hablaba con monosílabos. Probablemente pensaba que estábamos locos. Lo cierto es que nosotros éramos unos aficionados y él era el único profesional".

Quizá el excesivo laconismo de Keaton ofendió a Beckett, pero curiosamente su aventura cinematográfica estaba marcada por el silencio. Film sólo contiene un sonido, el imperativo "¡sssh!", y que Beckett incluso dudó incluirlo. Para él, el cine debía librarse de las cadenas de la narrativa, "expresar conceptos abstractos y, en última instancia, convertirse en pensamiento", dice Breixo Viejo.

La obsesión por la cámara como un instrumento de acoso se repite en la película y en casi todas las piezas televisivas del escritor. El guión de Film comienza con una frase del filósofo irlandés George Berkeley: "Ser es ser percibido". La idea de la película era demostrar la imposibilidad de O de no ser percibido. La imposibilidad, en último término, de huir de uno mismo.

En He, Joe (1966), un hombre solo en una habitación es acosado por la cámara y por la voz de una mujer que le reprocha el suicido de otra mujer. En ...nur noch Gewölk... (1977), un poema de Yeats es la referencia de una obra sobre la pérdida de lo amado, el progresivo desvanecimiento del recuerdo y la imposibilidad de la recuperación. "Los guiones de Beckett no dan la medida de las soluciones visuales que explora", afirma David Cortés. "Es curioso su desprecio por la palabra, su conciencia del lenguaje cinematográfico".

Beckett jamás permitió que rodaran sus obras de teatro. Rechazó una oferta millonaria para que Peter O'Toole llevara al cine Esperando a Godot. Él mismo siempre se negó a ponerse delante de una cámara de cine o televisión y sólo existe una grabación de apenas unos segundos en la que se ve en movimiento su larguirucho espectro.

Samuel Beckett (a la derecha) y el equipo de la SDR, durante el rodaje de <i>He, Joe.</i> Stuttgart, 1966.
Samuel Beckett (a la derecha) y el equipo de la SDR, durante el rodaje de He, Joe. Stuttgart, 1966.HUGO JEHIE
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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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