En busca del futuro

De Sundance a Cannes, donde ganó el Premio de la Crítica de la Quincena de Realizadores, de El Cairo a la Seminci de Valladolid, la novel Cherien Dabis ha recorrido medio mundo agradando con su ópera prima: Amerrika, odisea social en forma de melodrama, de evidentes raíces autobiográficas, sobre la llegada a Estados Unidos de una mujer palestina y su hijo adolescente. El triunfo de esta estadounidense de padres palestino-jordanos no es extraño. Su película tiene ese tono que últimamente se está imponiendo en ciertos sectores festivaleros y de cines de versión original: amabilidad dentro del drama, impulso esperanzador, ligereza, toque solidario, calidez y un punto de exotismo para audiencias occidentales.
AMERRIKA
Dirección: Cherien Dabis. Intérpretes: Nisreen Faour, Melkar Muallen, Hiam Abbas, Joseph Ziegler. Género: drama. EE UU, 2009. Duración: 95 minutos.
A través de una puesta en escena ágil y limpia, Dabis utiliza la cámara como extensión de la mirada del inmigrante, que busca y descubre, entre la ilusión y el desconcierto, un panorama desconocido. Amerrika juega bien con los contrastes (el de la soñadora recién llegada de Cisjordania y el de la pariente ya asentada en el país que sin embargo añora volver a su tierra) y también con los prejuicios enfrentados (el de los americanos con la inmigración de países árabes, pero también el de los nuevos ciudadanos respecto de la vida occidental). Sin embargo, Dabis peca a veces de cierta condescendencia y propone problemáticas y soluciones por medio de atajos dramáticos un tanto ingenuos. Defectos habituales en una primera película que, de todos modos, sobrevuela gracias a la capacidad para imponer la simpatía por encima de la desventura.
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