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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Un convencional rebelde sin pausa

Con su perfil de acantilado esculpido al azote de torbellinos románticos, su expresividad Zoo-lander y su mirada acristalada con melancolía de fotolog, Robert Pattinson ha logrado erigirse en la última palabra en galanes posadolescentes a través de su participación en la saga Crepúsculo. Con Recuérdame, el actor, que también ejerce de productor ejecutivo, parece querer postularse heredero de lo que podría llamarse el angst James Dean, la rebeldía sin causa ajustada a una era en la que el consumo de cigarrillos parece funcionar como gran cima de la disconformidad.

La alambicada historia de amor entre dos personajes que asumen una posición marginal en sus respectivos entornos familiares sirve para engarzar un encadenado de lugares comunes. Recuérdame habla de tensiones paterno-filiales, ovejas negras y patitos feos sin alejarse de la convención, excepto en un desenlace -un final sorpresa capaz de rivalizar con el efecto Shyamalan- que eleva el conjunto hacia los cielos, sublime-ridículos, del kitsch de última hora. No conviene desvelar esa gran baza, pero baste apuntar que el icono Pattinson, más allá de sumarse espesor Dean, acaba erigiéndose en forma seductora de la más hiperbó-lica modalidad de mártir contemporáneo.

RECUÉRDAME

Dirección: Allen Coulter.

Intérpretes: Robert Pattinson,

Emilie de Ravin, Pierce Brosnan.

Género: drama. EE UU, 2010.

Duración: 113 minutos.

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