El efecto 'bollywood'

Si hay un mito desconocido para el gran público es el de la industria del cine indio. Se sabe que se producen infinidad de películas, que hay un star system, que su especialidad es el musical... Pero más allá de aquel "¡Del pita pita del!" de la Coca-Cola, pocos habían visto una película de Bollywood hasta que a Danny Boyle se le ocurrió componer Slumdog millionare, que encandiló las pupilas de la mayoría del mundo mientras una minoría nos las frotábamos con papel de lija pensando que semejante nadería se iba a convertir en la película del año.

Un éxito que ha provocado que una distribuidora española se lance a comercializar producciones indias. La primera, Billu barber. Como en Slumdog millionare, estamos ante una fábula moral en la línea de obras como ¡Qué bello es vivir! o ¡Salve, héroe victorioso!, aderezada de canciones introducidas no como número de musical clásico sino como impostado videoclip. La factura técnica es irreprochable y su historia, tan agradable como indolente. Es decir, tan buena (o tan mala) como Slumdog millionare. Eso sí, como no tiene detrás una maquinaria mercadotécnica e ideológica, no ganará Oscar alguno ni la verán millones de occidentales.