En el filo de la navaja

Hay que tener mucho coraje para realizar, aquí y ahora, una película como El ciclo Dreyer. A la vez homenaje al gran director danés, revisitación de los ambientes cineclubísticos de los sesenta e historia de amor a varias bandas que involucra a cuatro personajes y más de una vocación, su factura es por momentos deslumbrante, en otras deja numerosos signos de interrogación en el aire y, en general, luce por completo fuera de modas y tendencias.

Obra de uno de los más perspicaces y al tiempo inclasificables creadores españoles contemporáneos, el también crítico y novelista Álvaro del Amo, su historia se pasea por el sutil filo de navaja que separa lo genial de lo ridículo. Imperturbable, Del Amo lo recorre y deja que sea el espectador quien se sienta impelido a juzgar. Pero aunque no se entre en su juego, que no es el caso de quien esto firma, no hay más remedio que admirar su coraje, sus hechuras personalísimas, su inmensa sabiduría cinematográfica: vale la pena esperar los años a que nos tiene acostumbrados Del Amo para asomarse a una criatura tan sugerente como ésta.