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CÁMARA OCULTA
Columna
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La ley del silencio

A Alex de la Iglesia no le van a dejar hablar en los Goya. Decisión ministerial, o injerencia como opinan algunos académicos. ¿Hablará en cambio la ministra? El protagonismo que ha adquirido el presidente en relación con la ley Sinde es la gran noticia, y no es de recibo que se le mande ahora callar. Todo en este tema está siendo chusco, y desde luego precipitado, empezando por la ley misma. El arrebatado Alex de la Iglesia entró como una tromba en el debate, se enrolló en Twitter con amigos y enemigos de la ley, escuchó a cuantos pudo y elaboró con la asesoría de un abogado su propia solución para, al final, cuando los políticos no le hicieron demasiado caso, anunciar en otro arrebato su dimisión como presidente de la Academia. Mientras, los blogueros lo jalean en una u otra dirección, insultándole o aplaudiéndole, unos llamándole tonto, otros proponiéndole como nuevo ministro del ramo (los blogueros dan caña sin demora. Lo he sentido en mi piel con motivo de una lista de las mejores películas publicada recientemente en este periódico. Fue un error por mi parte, al no entender que se trataba de las mejores de los últimos 20 años, no de la década. En fin...). Pero volviendo a Alex de la Iglesia, no debería dimitir, al menos no con esta pataleta. Ya ha puesto en solfa a la ministra, lo que esta parece no perdonarle, y a políticos del PP; su protesta se ha hecho notar y en algún lugar hará mella. Punto. Ha sido un agitador de la Academia y, en este sentido, de lo mejor que esta ha tenido en su presidencia. Su ventolera no ayuda a nadie. Un poco de calma. Con todo esto cobra renovado interés la próxima ceremonia de los Goya, porque entre tanto río revuelto las películas finalistas se están quedando en segundo plano. Probablemente se hablará más de ellas cuando empiecen a ser descargadas en los ordenadores. Que Alex se quede y que hable. No es malo rectificar. Y que hable también la ministra. El guirigay está servido.

Entre tanto río revuelto las finalistas a los Goya quedan en segundo plano
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