Una original película francesa en Zabaltegi

Tradicional reducto del cine más joven y estéticamente arriesgado, Zabaltegi inauguró ayer el apretado calendario de sus proyecciones, 33 títulos, con Amélie, la última película del realizador francés Jean-Pierre Jeunet. No se trata de un filme a concurso; su inclusión en la programación se realiza en el marco de una subsección, llamada Perlas de Otros Festivales, que permitirá conocer algunas de las películas más sobresalientes del año, muchas de ellas premiadas en otros certámenes. Es el caso: inexplicablemente rechazada por Cannes, Amélie triunfó por todo lo alto en Karlovy Vary, además de ser el segundo título más taquillero en Francia este mismo año.

Amélie cuenta, a partir de un inagotable torrente de ideas visuales y de guión, una divertida y original historia de amor. Relato de las aventuras de una muchacha imaginativa e imprevisible, inflexible en su determinación de allanar el camino a la felicidad de cuantos la rodean, aunque miedosa a la hora de tomar decisiones que la afecten, el filme muestra, en dos apretadas horas, un verdadero arsenal de ocurrencias, reutilización de todo tipo de materiales -programas televisivos, documentales, falsas reconstrucciones, además de las propias imágenes que la ficción recrea-, con el sano fin de construir una tierna estructura clásica de chica encuentra chico, no sabe cómo atraparlo, lo pierde y lo recupera.

Algún purista habrá que le reproche su decidida apuesta por el final feliz y por complacer a su espectador. Para entendernos, los caminos que recorriera con Marc Caro en sus cortometrajes y en su ópera prima, la inolvidable Delicatessen, un título con el que éste guarda mucho en común: el azar, el amour fou, la obstinación en la búsqueda de la felicidad, amén de una estética original e imprevisible.