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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La recalificación de la vida

Javier Ocaña

"Invierte tu dinero en una fábrica y tendrás reivindicaciones, sindicatos, huelgas... ¡Me daría un infarto con estas cosas! En cambio, aquí hay solo ganancias y ningún riesgo". El que habla es un constructor. Los que escuchan, colegas y algún cargo político. El ambiente, ese "aquí", un extenso terreno no urbanizable que es necesario recalificar. Es la escena inicial de una extraordinaria película italiana hoy injustamente olvidada, Las manos sobre la ciudad (Francesco Rosi, 1963). Una escena que rememora en su primera secuencia, casi exacta, la notable película española Cinco metros cuadrados. Nada ha cambiado en 50 años. Italia, España. Corrupción, listos, pardillos.

Tras Casual day (2007), interesante visión de las condiciones laborales en las empresas modernas, Max Lemcke, de nuevo con guion de los hermanos Pablo y Daniel Remón, aborda de forma minuciosa y cronológi-ca la caída en desgracia de un matrimonio estafado por una inmobiliaria, con ayuda del poder político, a la hora de comprar un piso. Lo hacen con convicción, humanidad, fuerza interpretativa y, lo más difícil, brillantes toques de humor negro con los que se pasa del amargo drama a una durísima sorna. Ese piso piloto como metáfora de los sueños truncados, ahora envuelto en desazón, cartón piedra y camping gaz, es la imagen de una desesperación que, en el último acto, se vuelve tan creíble en la ficción como inverosímil fuera de ella. Sorprendentemente, nadie ha llegado tan lejos en la realidad como el personaje de Fernando Tejero. No es solo la ruina económica, lo peor es el batacazo social, familiar y moral.

CINCO METROS CUADRADOS

Dirección: Max Lemcke. Intérpretes: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutiérrez Caba, Manuel Morón. Género: drama. España, 2011. Duración: 86 minutos.

Triunfadora en Málaga con cinco premios (entre ellos, el de mejor película), Cinco metros cuadrados tendría que haber llegado cinco años antes. Recalificaciones, especulación, exceso de crédito, sobredosis de ilusiones. En 2006 hubiese sido clarividente. Ahora es -lo que no es poco- una poderosa radiografía de la dolorosa España contemporánea.

Malena Alterio y Fernando Tejero, en <i>Cinco metros cuadrados.</i>
Malena Alterio y Fernando Tejero, en Cinco metros cuadrados.
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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.
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