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Entrevista:SAM MENDES | Director

"El sueño americano puede matar cuando no se cumple"

En estos días en que las palabras sueño americano se repiten hasta la saciedad para referirse a lo que muchos han visto como su encarnación más explícita -el primer presidente de raza negra de Estados Unidos-, no está de más escuchar voces discordantes como la del director Sam Mendes (Reading, 1965): "El sueño americano es la promesa que el país le hace a su pueblo diciendo que todo es posible. Que pueden llegar a presidentes, a estrellas de Hollywood, a ser multimillonarios... El peligro de esa promesa es que te puede matar cuando te das cuenta de la realidad, de que no todo es posible. Te lo tienes que ganar a base de trabajo y eso no siempre es suficiente. También están las circunstancias personales".

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La última película del director británico, Revolutionary road, ha indagado en las frustraciones que ese sueño provoca cuando no se alcanza. Su herramienta ha sido el libro homónimo de Richard Yates que Mendes ha llevado al cine a través de Leonardo DiCaprio, Kate Winslet (su mujer) y Michael Shannon, quien ayer consiguió la candidatura al Oscar como mejor secundario. Winslet y DiCaprio interpretan a Frank y April Wheeler, habitantes de los suburbios estadounidenses de los cincuenta. Tienen trabajo, casa, coche, amigos, pero April se da cuenta de que esa vida no se corresponde con los sueños que una vez tuvo de sí misma. "Creo que es una equivocación pensar que una casa o un trabajo te pueden hacer feliz. La felicidad no siempre es económica, tienes que sentirla por dentro, te la dan otras cosas. Ellos se dan cuenta de que no son especiales, que ese sueño americano no se ha cumplido con ellos. Y eso provoca una crisis", explica Mendes en entrevista telefónica. Para él, la heroína de la historia es April, "una mujer que se rebela, que decide decir la verdad sobre cómo se siente, que ve que nadie es feliz a su alrededor pero sólo ella está dispuesta a admitirlo, aunque el mundo la tome por loca. Su marido es débil, conformista, como la mayor parte de la sociedad".

Será precisamente alguien considerado enfermo mentalmente, Michael Shannon (en el papel de John Givings), el que diga en el filme las verdades más aplastantes. "La frontera entre la locura y la cordura son explícitamente confusas en este filme. ¿Quién está más loco, el que no quiere ver la realidad o el que trata de cambiarla?". El filme es una tragedia en el sentido clásico. Según Mendes, "las tragedias no son depresivas por definición. Al contrario, son historias que te obligan a reflexionar sobre tu vida e idealmente te dan fuerza para cambiar lo que no te gusta de ella". El director británico estará en España en abril presentando otro clásico, esta vez teatral, The cherry orchard, de Chéjov.

Sam Mendes, con su esposa, Kate Winslet, en el rodaje de <i>Revolutionary road.</i>
Sam Mendes, con su esposa, Kate Winslet, en el rodaje de Revolutionary road.
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