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Amistoso divorcio en Kraftwerk tras 40 años de 'tecno-pop'

Florian Schneider deja el grupo alemán

Diego A. Manrique

De repente, Ralf Hütter se ha quedado solo. Florian Schneider, su socio a lo largo de casi 40 años, ha abandonado Kraftwerk, el más influyente grupo pop salido de Alemania. En realidad, sólo ahora se ha oficializado la noticia, pero Florian había estado ausente en todos los conciertos ofrecidos por Kraftwerk a lo largo de 2008.

Esto da una idea del ritmo glacial con que se mueve el mundo de Kraftwerk. Estamos ante uno de los grupos más enigmáticos de la historia, aparentemente ajeno a las necesidades de producto que exige la industria musical y que también ignora las convenciones promocionales. Algunos periodistas que han tenido la oportunidad de entrevistar a Kraftwerk se han ido con las manos vacías: tanto Ralf como Florian sólo expresaban vaguedades sobre su proceso creativo y esquivaban cualquier intento de profundizar en sus personalidades.

De alguna manera, esas tácticas se correspondían con su imagen: técnicos asépticos, que jugaban con la idea del músico electrónico como robot (aunque también defendían su humanidad, alardeando de una supuesta capacidad para improvisar en el escenario). Y se les toleraba, ya que creaban -a paso de cangrejo- una música impoluta, asombrosamente funcional. Kraftwerk ha resultado el proyecto más exitoso de la revolución ideológica del 68 alemán, cuando una oleada de músicos se plantearon trabajar fuera de los esquemas del rock anglosajón. Su impacto fue enorme. Se hizo evidente en la trilogía berlinesa de David Bowie y Brian Eno, pero también en coordenadas inesperadas: se les reverenciaba -y utilizaba- en los guetos del Bronx, Detroit o Chicago, patrias del hip hop y de variedades regionales del tecno o el house.

Ese reconocimiento universal ha tenido resultados paradójicos: su productividad ha disminuido, como si sintieran el peso de la mirada del mundo. Kraftwerk editó más discos en los años setenta que en las décadas que han seguido. Con impecable humor alemán, Florian lo explicaba como el resultado de su hobby: "Pasamos demasiado tiempo andando en bicicleta". Una pasión que desembocaría en su música para el tour de Francia. De momento, el mensaje de Kraftwerk resulta tranquilizador. La ruptura ha sido amigable y los mejores deseos son para Florian en sus proyectos particulares. El grupo, mientras tanto, sigue actuando: en marzo se van de gira por Latinoamérica en compañía de Radiohead, rendidos admiradores del sonido Düsseldorf.Hütter seguirá al frente de la banda, que teloneará a Radiohead

Kraftwerk, en el Festival de Benicàssim de 2004. Florian Schneider es el primero por la derecha.
Kraftwerk, en el Festival de Benicàssim de 2004. Florian Schneider es el primero por la derecha.ÁNGEL SÁNCHEZ
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