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Armando Testa expone 40 años de diseño publicitario

"Mi único estilo es la síntesis", declara el artista italiano ante su próxima muestra en Madrid

El italiano Armando Testa, de 72 años, una de las primeras figuras del diseño contemporáneo, presentará el jueves, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, una antológica de su obra gráfica y publicitaria. Bajo el título de 40 años de creatividad italiana se expondrá una treintena de carteles originales, anuncios de publicidad impresa y de televisión y otros trabajos personales. Este creador de imágenes ha sido calificado por el teórico Gillo Dorfles de "visualizador global" por sus aportaciones conceptuales, que se han desarrollado en la historia reciente de la comunicación audiovisual. La muestra se presentará en 1990 en Barcelona.

El artista del sombrero, un personaje cuya imagen es popular en Italia y familiar en Turín, su ciudad natal, ha fundado el grupo Armando Testa, que está a la cabeza de las agencias de publicidad en Italia, con 300 personas en sus oficinas de Turín, Milán y Roma, capital italiano y una facturación el pasado año de 36.900 millones de pesetas. El actual proceso de expansión ha llegado a Nueva York, y para los próximos meses tiene el proyecto de abarcar una Europa mediterránea, con la posible apertura de oficinas en Madrid y Barcelona. En 1990, Armando Testa Internacional quiere estar en la Unión Soviética."El único estilo que tengo es la síntesis", declara Armando Testa en su despacho de Turín, rodeado de los carteles, de imaginación abierta cercana al surrealismo, que regala a sus amigos y clientes. La simplicidad y la paradoja arrancan desde su primer cartel, premiado en 1937, en un juego de abstracción geométrica. La pintura moderna y el diseño, junto a la incorporación de nuevas técnicas, irán marcando una carrera que ha dado imágenes para la memoria colectiva.

A partir de 1946, su estudio gráfico cuenta con clientes como Martini & Rossi, Borsalino, Carpano, Pirelli, con campanas consolidadas con la creación en 1957 de la agencia de publicidad que lleva su nombre. La fidelidad, tanto en los clientes como en el equipo de creativos, ha sido la identificación de la marca, que presenta los productos que anuncia con "cordialidad, humanidad, humor y simpatía". En la actualidad, la firma tiene una mayor presencia en el medio televisión, con anuncios comerciales y campañas institucionales, seguido de los medios impresos.

Armando Testa se debate entre el arte y el comercio, la libertad de creación y las técnicas de mercado. "En el espacio de 20 años han cambiado muchas cosas", dice el diseñador. "La televisión y demás medios de comunicación han distribuido en el mundo millones de imágenes, cuyo consumo mental ha aumentado mucho. Hay una necesidad imperiosa de inventar de nuevo, tanto en arte como en publicidad. La publicidad aporta a la cultura la simplicidad y, un lenguaje muy cercano a la sensibilidad propia. Por este motivo se puede hablar de un diseño mediterráneo, con unas características de gusto nacional donde está muy presente el sentido del humor".

Grandes cambios

En los 40 años de creaciones, Armando Testa dice que se ha tenido que enfrentar a tres grandes cambios: la fotografía en color, la técnica de mercado y la televisión. El autor, reconocido por sus investigaciones en el campo de la fotografía y el fotomontaje, opina que "en publicidad es necesario ser claro y figurativo, con un estilo basado en la síntesis; la publicidad debe aparcarse en la memoria, sobre todo en un tiempo en que el aparcamiento está. completo de tantas Imágcncs". "Hoy se hace un uso excesivo de la fotografía en color, y se vuelve al blanco y negro por marcar una diferencia. El caso de Andy Warhol es importante por sus colores inventados y la secuencia narrativa".El diseñador no olvida su inicial vocación de pintor, y tras una serie con el motivo central del dedo prepara otra sobre grifos. Su antológica de Madrid se ha presentado en Turín, Nueva York, Parma, Moscú y Los Ángeles.

Testa acaba de recibir un premio de la universidad de Colorado (Estados Unidos), que en ediciones anteriores se concedió a Leupin, Savignac, Cassandre y Fukuda, grandes nombres del diseño gráfico. Es el último homenaje a un diseñador que antes buscaba para su agencia personas con una buena mano, pero que ahora prefiere que tengan una buena cabeza. Cuando se retire quiere escribir un libro sobre cómo explicar el arte moderno a un fontanero y a un mecánico.

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