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Crítica:FESTIVAL DE BENICÀSSIM
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Björk sobrecoge con su misterio

Goldie, que pasó de la carpa de baile al escenario principal, ofreció una sesión demoledora

La cantante islandesa Björk arrebató a PJ Harvey la corona de reina del festival de Música Independiente de Benicàssim (FIB) en la última jornada del certamen, durante la noche del domigo y la madrugada de ayer. Björk sacó al escenario a Raimundo Amador al final de su actuación para cantar So Broken, en uno de los instantes más emocionantes de estos tres días. La velada se fue arreglando a medida que avanzaban las horas; las bajas de Morcheeba y Cornershop obligaron a recomponer el cartel final de la cuarta edición del festival y, así, Goldie fue escalando posiciones desde la carpa de baile, donde, en principio, debía celebrarse su actuación, hasta lo más alto del escenario principal.

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También el tecno

Poco faltaba para que las manecillas del reloj marcaran las cinco de la madrugada cuando una diabólica ráfaga de ritmo anunció la aparición de Goldie, dispuesto a ofrecer una de las sesiones más convulsivas, vitamínicas y demoledoras de cuantas se han podido disfrutar a lo largo de todo el fin de semana.Y lo consiguió a base de una generosa y apabullante ración de pop electrónico (la etiqueta de "rey del jungle" se le quedó pequeña antes, incluso, de que su último álbum Saturnz return, viera la luz) que prolongó la despedida hasta una hora mucho más alta de lo que un cuerpo en condiciones normales, después de estas tres maratonianas y agotadoras jornadas, es capaz de aguantar. A esas horas, de la muy disfrutable ensalada de riffs stonianos, soul calenturiento y dub sinuoso servida, poco antes, por Primal Scream, ya pocos se acordaban. Lógico.

Salto al vacío

A quien de ningún modo posible Goldie pudo hacer sombra fue a la islandesa Björk, que, pasada la medianoche del domingo, fue coronada y elevada a los altares de la parroquia alternativa, arrebatándole a PJ Harvey la corona de reina del festival que, hasta ese preciso momento, había lucido con orgullo. No era para menos. Lo suyo fue un temerario salto al vacío sin red que pudo acabar con la paciencia (algún bostezo se escuchó, eso sí) hasta de sus fans más incondicionales, pero que, sin embargo, quedó registrado en la memoria colectiva de los aficionados como el espectáculo más hermoso, lírico e imprescindible de esta edición del FIB.Escoltada por Mark Bell (LFO) y una inesperada sección de cuerda, Björk se deslizó de puntillas sobre un repertorio (Venus as a boy, Jóga o Immature) que, convenientemente acicalado para la ocasión, fue penetrando sigilosamente en el corazón de cada uno de los presentes hasta que ya no quedó nadie sin caer rendido a sus pies. Y eso, prácticamente sin necesidad de recurrir a los ritmos de baile. Pero, aún se guardaba un as en la manga que, como los mejores manjares, se reservó para el final de su actuación: la presencia sobre el escenario del guitarrista Raimundo Amador con el que interpretó esa delicia titulada So broken (incluida exclusivamente en la edición española de su último elepé, Homogenic). Sin discusión: la instantánea más sorprendente y emocionante del festival.

Llegado el momento de las valoraciones, ya se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que el FIB se ha consolidado como uno de los festivales más importantes del panorama nacional ("e internacional", añaden algunos cronistas). Todas las promesas de cantidad y calidad, al menos musicales, se han cumplido. Y con creces. Como afirmaron sus responsables el domingo, mientras otros festivales europeos cotizan "a la baja, el FIB sigue creciendo".

La zona de acampada, sin embargo, continúa siendo el principal obstáculo con el que cada año tropiezan los organizadores, De momento, dos años es el plazo que se han marcado para solucionar todas las deficiencias relativas a las instalaciones e infraestructura porque, según explicaron, el nuevo recinto en el que este año se han realizado las actuaciones "es el marco idóneo para un festival que aspira a congregar a 25.000 espectadores cada año. Ése es el techo al que nos hemos propuesto llegar y que podemos alcanzar sin cambiar nuestra filosofía y planteamientos". Están cerca: 23.000 espectadores es la cifra que los organizadores barajaban pocas horas antes de que concluyera el festival.

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