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Barcelona rescata al Picasso litógrafo, militante y popular

La litografía no solo es la técnica que hace al arte más accesible, gracias a las grandes tiradas, sino también un género que permite todo tipo de experimentos. Para Pablo Picasso fue ambas cosas y una tercera: una herramienta de militancia política y social. El Museo Picasso de Barcelona, que dispone de dos terceras partes del total de hasta 400 litografías realizadas por el artista malagueño a lo largo de su vida, presenta desde ayer y hasta el próximo 2 de octubre, una selección de sus fondos de una treintena de piezas del periodo entre 1945 y 1956, central en la obra picassiana.

Se interesó muy pronto por la litografía. Ya en 1919 la utilizó para la invitación a una exposición en la galería Rosenberg, de París. Pero no fue hasta 1945, instalado en el taller de Fernand Mourlot, cuando la hizo suya y le extrajo todas las posibilidades, usando diversos tipos de planchas e introduciendo nuevos materiales. De esta época -y de una visita de Louis Aragon a su estudio- nace la emblemática La paloma que ilustra el I Congreso Mundial de la Paz. La muestra incluye también la sensual serie sobre Françoise Giró, la joven de 21 años que le devolvió la juventud cuando Picasso había cruzado ya la barrera de los 60.

<i>Mujer dormida,</i> litografía de Picasso.
Mujer dormida, litografía de Picasso.M. PÉREZ (EFE)
Litografia tirada sobre papel. 14 de junio del 1946. Museo Picasso, Barcelona. © Herencia Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2011.
Litografia tirada sobre papel. 14 de junio del 1946. Museo Picasso, Barcelona. © Herencia Pablo Picasso, VEGAP, Madrid, 2011.Pablo Picasso
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