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Reportaje:

Buenas prácticas a discreción

Directores de museos, artistas, galeristas y críticos firman un documento con Cultura que refuerza la autonomía de los centros

Maribel Marín Yarza

El arte contemporáneo español ha sentado las bases para acabar con el caos reinante en el sector en los últimos años por la proliferación de centros y museos, con fórmulas de gestión dispares y una dependencia excesiva de las instituciones. Representantes de los galeristas, críticos, directores de pinacotecas y asociaciones de artistas firmaron ayer con la ministra de Cultura, Carmen Calvo, el Código de Buenas Prácticas, un documento no vinculante que refuerza la autonomía de los centros, introduce cambios en la composición de sus patronatos y establece la designación por concurso de los directores.

"Las aplicaciones prácticas de este documento aparecerán conforme todo este debate avance", señaló Calvo. El código, elaborado a lo largo de dos años y medio, ha sido suscrito por la Asociación de Directores de Museos y Centros de Arte Contemporáneo; el Consorcio y la Unión de Asociaciones de Galerías; el Consejo de Críticos de Artes Visuales, la asociación que representa a estos artistas y el Instituto de Arte Contemporáneo. En todo caso, más allá del debate que genere, su observancia dependerá de la voluntad de las distintas instituciones porque el documento sólo es de obligado cumplimiento para quien quiera asumirlo. Es un asunto sobre el que no cabe legislar desde el Parlamento central: la competencia está en manos de otras administraciones.

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Compromiso con el conocimiento

El texto traza un marco de referencia para el sector, fundamentalmente en materia de gestión, con dos puntos básicos. El primero se refiere al patronato de los centros. El documento recomienda que se incremente en ellos la presencia de miembros de la sociedad civil (20-33%) y expertos y científicos (33-50%), en detrimento de representantes de la administración titular (20-33%) y que se establezcan medidas para evitar conflictos de intereses de sus miembros "en perjuicio de los proyectos, adquisiciones o posibilidades de financiación del museo". Sólo "excepcionalmente" los patronos podrán comisariar exposiciones en el museo o participar en órganos rectores de otros centros. El documento finalmente deja la puerta abierta a que directores de otros museos puedan formar parte de los patronatos. "Es en su seno donde se debe decidir si les interesa o no su presencia", explicó Yolanda Romero, presidenta de la Asociación de Directores de Museos y Centros de Arte Contemporáneo.

El segundo punto clave del texto es el relativo al director, nombrado por el patronato tras convocar un concurso. Se aconseja buscar fórmulas administrativas para convertir al director en una figura laboral y establecer una relación contractual desvinculada de la duración de la legislatura política (cinco años) para garantizar el desarrollo de su programa.

Tras la firma del documento, la pregunta era evidente: "¿Habrá cambios en la dirección del Reina Sofía?". "Una cosa no tiene nada que ver con la otra. En este momento no estamos en el debate del Reina Sofía", dijo la ministra. "Y cuando llegue ese debate tiene que ser en su patronato y como institución del Estado, obviamente en el Parlamento".

Colas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
Colas en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.BERNARDO PÉREZ
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