Burton: "Desde que la vimos, se quedó con nosotros"

Apichatpong Weerasethakul, apodado desde hace tiempo fuera de su país como Joe, logró ayer la Palma de Oro por Uncle Boonmee who can recall his past lives, una película inclasificable y enigmática, tocada de un extraño misterio por el que transitan espíritus, monos-fantasma y preciosas fábulas del pasado. Cuando Tim Burton, presidente del jurado, pronunció el nombre del cineasta tailandés, nacido en 1970 al norte de su país, en la sala de prensa se escuchó una larga ovación. Apichatpong Weerasethakul irrita tanto como apasiona, es un cineasta de mirada única que traslada a la pantalla su meditación con la vida.

Al recoger su Palma de Oro, Joe agradeció a su madre la primera vez que lo llevó a una sala para compartir con él un misterio que aún le obsesiona. La transmigración de las almas, la selva y la memoria se cruzan en una coproducción española (de Luis Miñarro) sobre la que el director se niega, entre bromas, a dar explicaciones: "Solo digo de qué van mis filmes cuando busco la financiación".

Al preguntarle a Tim Burton por la división de opiniones que genera el cine de Joe, señaló que no se había dado en un jurado que, desde el principio, se sintió atrapado por el relato visual del filme. "Nos sorprendió desde el primer momento, es totalmente distinta a cualquier otra cosa y desde que la vimos se quedó con nosotros". Benicio del Toro hizo referencia al "misterio" que se pasea por toda la película y Víctor Erice, citando la canción Avec le temps, de Leo Ferré, añadió que el palmarés era fruto de un "fuerte consenso", aunque solo el tiempo hará verdadera justicia: "El tiempo pasa. El cine queda. Pero no todas las películas".

El premio ex aequo a Javier Bardem y Elio Germano, por sus trabajos en Biutiful y La nostra vita, respectivamente, fue una excepción que, según Burton, se dio ante la imposibilidad del jurado de romper el empate. "Ha sido una situación inusual". Mientras Germano habló de la Italia que está más allá de sus dirigentes, Bardem (después de un emocionado discurso que cerró con un homenaje a su "amiga, compañera y amor, Penélope") reflexionó sobre lo que su papel en Biutiful ha significado para él: "Es un personaje que me ha llevado a lugares emocionales que han representado un cambio muy importante en mi manera de trabajar. He salido con más compasión y compresión sobre el arte y sobre el oficio de interpretar".

En una ceremonia sin respiro, Juliette Binoche logró el mejor premio a la interpretación femenina y una vez más demostró su talento para poner los pelos de punta a un patio de butacas. "¡Qué placer, qué placer, qué placer trabajar contigo, Abbas!", le dijo a Kiarostami. En un listado de agradecimientos que incluyó a sus padres y a sus dos hijos, la actriz francesa declaró con humor su esperanza de lograr algún día de casarse: "Pero hoy le doy las gracias a los hombres que me han amado y que han sabido soportarme". Luego, sacó un cartel con el nombre del cineasta iraní Jafar Panahi (preso político en una cárcel de Teherán), se lo puso sobre el pecho y con ese genio absoluto suyo (el que arrastra toda la magia de Copie conforme) cambió de registro y afirmó: "Ser actriz es vivir en combate y hoy hay un país que nos necesita".