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Fallece la escritora Maria Aurèlia Capmany

Autora de más de 50 obras, vivió con pasión el renacimiento cultural catalán

La escritora Maria Aurèlia Capmany (1918) falleció anoche en el hospital del Mar de Barcelona a causa de un cáncer. El cuerpo de Capmany permanecerá unas horas en el centro médico, ya que hizo donación de todos sus órganos. La muerte le sobrevino apenas nueve meses después de que se produjera el fallecimiento de su compañero, Jaume Vidal i Alcover. Promotora de la Escola d'Art Dramátic Adrià Gual, vivió con pasión el renacimiento cultural catalán, en el que ella participó no sólo como escritora de piezas narrativas y teatrales, sino a través del compromiso político. Militante socialista, fue responsable municipal de Cultura. Con Un lloc entre el morts obtuvo el Premio Sant Jordi de novela en 1967. Entre sus ensayos destaca La dona a Catalunya.

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Felizmente era una mujer

Dona, doneta, donota (Mujer, mujercita, mujerzota) es el título de una de las más de 50 publicaciones de Maria Aurèlia Capmany. Para hablar de ella en catalán convendría continuar el ejercicio de vocabulario y añadir a su lista donassa, gran mujer.La vida de la gran mujer que es Maria Aurèlia Capmany no necesita ser contada; ella misma ha dejado jirones de la narración en muchas de sus obras, como una forma más del acto de servicio que, sin pregonarlo, es su vida entera.

Escribo en presente, en estos momentos en los que la presencia física se aleja y urge valorar el lugar y la continuidad de esta gran mujer en nuestra historia. Nuestra; escribo también en una primera persona, aunque no singular. Maria Aurèlia no es sólo un pedazo de nuestra historia personal y generacional, sino historia ella misma, historia de esta ciudad de Barcelona.

Cuando estalló la guerra, María Aurèlia cumplía 18 años de una magnífica y consciente ju ventud. Era hija de uno de los prohombres del renacimiento cultural catalán, Aureli Capmany, artesano cestero de la ciudad de Barcelona, de La Rambla. María Aurèlia conoció peones y capitanes del fin y del principio de siglo local, del modernisme y del noucentisme, desde L'Avenç a la Mancomunitat. Tradición cultural que heredó y gozó en su estallido de modernidad en los años de la II República, de su adolescencia, en la mejor institución educativa que ha tenido Cataluña, el Institut-Escola del Parc, hermano catalán del Instituto-Escuela de la Institución Libre de Enseñanza.

Muerte de la inteligencia

Allí pudo cultivar Maria Aurèlia la vena heterodoxa familiar y aprender a ser una mujer docta, pero no ortodocta, sumisa a autoridades, sino investigadora siempre de su propia razón entre doctos y heterodoctos.Así pudo soportar lo que para una joven de 18 años, recién entrada en la primera Universidad Autónoma de España -la de Barcelona en los años treinta-, tenía que ser el comienzo de un régimen que proclamara la muerte de la inteligencia en el claustro de la más legendaria Universidad, la de Salamanca.

La vida de Maria Aurèlia Capmany ha sido una lucha constante contra la muerte de todas las coordenadas civiles cortadas por la guerra civil. Trabajó con sus manos, talló cristal para terminar los estudios; trabajó en la enseñanza, y sus alumnos de Badalona y del Isabel de Villena saben lo que para ellos significó en los años cuarenta.

Con ellos trabajó la lengua en todas sus formas, con la tensión de quien busca el medio más directo para un mensaje civil complejo como lo es la civilidad, vena educativa que continuó en publicaciones para jóvenes (Quim-Quima o la adaptación del Tirant lo Blanc) y aun para niños (Ni teu ni meu).

Y de la enseñanza al teatro, sin dejar ya nunca más la prosa literaria y el ensayo, para invadir el guión, el pregón, y la última y heterodoxa novedad, el cabaré, siempre como medio del mensaje personal. El mensaje sobre la educación, sobre la belleza, sobre las luchas sociales (con qué claridad), sobre la condición femenina (con qué humor), sobre nuestra historia y su realización en la sociedad actual. Y de vez en cuando, la chispa de la creación de unos pergonajes tan suyos y nuestros que daban el pego al historiador, como en Un lloc entre els morts (Un lugar entre los muertos).

Maria Aurlia fue una de las oradoras del primer gran mitin, el mitin de la libertad, el 22 de junio de 1976, con el que empezaba el proceso fundacional del Partit dels Socialistes de Catalunya. Y en el congreso que realmente lo fundó cuatro meses después, disfrutó no sólo hablando y discutiendo, sino barriendo, dejando limpia la escuela prestada.

Y luego los artículos de Maria Aurèlia en cada contienda electoral, animando a quienes estábamos en ellas, y en 1983 sus conversaciones con Pasqual Maragall -que iniciaron una colección de Diálogos en Barcelona- y su trabajo en el Ayuntamiento.

Historia de amor

Aquí ha culminado Maria Aurèlia esta historia de amor a su ciudad. Ha trabajado en su política cultural.Jaume Vidal y ella escogieron nueva residencia en la ciudad vieja, en la plaza Real, junto a La Rambla. Y en unos días murió Jaume Vidal y empezó la última fase de la enfermedad de María Aurèlia. Ha continuado su papel en la historia hasta el final.

Nos deja la imagen y el sentido del honor de nuestra ciudad, esa gran mujer de Barcelona que es y será siempre Maria Aurèlia.

Marta Mata i Garriga es concejala del Ámbito de Educación y Cultura del Ayuntamiento de Barcelona.

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