Homenaje a la escritora Rosa Chacel
El martes por la noche se celebró en el gran salón de baile del Casino de Madrid, una cena homenaje a Rosa Chacel, organizada por Artefacto, suplemento de la revista Arteguía, a cargo de Juan Manuel Bonet, Pancho Ortuño, Francisco Rivas y Andrés Trapiello.Finalizada la cena, a la que asistieron unas ochenta personas, Andrés Trapiello leyó un discurso en nombre de Artefacto. Tras señalar que se ha perdido la tradición de los banquetes literarios, dijo que éste se le ofrecía a Rosa Chacel tanto por sus méritos probados como escritora, como por la reciente injusticia que la Academia había cometido con ella. Se refirió irónicamente al planteamiento de la institución que había convertido la elección de la última vacante en un asunto de sexo, como si la literatura tuviera que ver con la feminidad, o la virilidad del escritor. «Las cosas no han cambiado más que en apariencia», terminó diciendo a propósito de las difíciles relaciones entre la inteligencia y las instituciones.
A continuación, Luis Antonio de Villena leyó un poema humorístico de Consuelo, Bergés, una de cuyas estrofas decía así: «Rosa, Rosa, Rosa / trama cacicosa / te cerro ignarosa / la puerta ¡lustrosa / academiciosa.» Fernanda Monasterio recordó los tiempos en que Rosa Chacel vivía exiliada en Buenos Aires, y leyó una carta de adhesión de Julián Marías, en la que el filósofo expresaba su adhesión a la obra y persona de la escritora. Cerró el turno de palabras Antonio Tovar otro de los académicos que presentaron la candidatura de Rosa Chacel. Recordó diversos aspectos de la obra de la homenajeada y lamentó el veredicto de sus companeros, explicándolo por razorres cireunstanciales. Concluyó su intervención diciéndole a Rosa Chacel: «Te envidio porque los homenajes te los organizan los jóvenes, y porque éstos constituyen tu público más entusiasta.»
