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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una buena historia mal contada

Casi al final de su vida, Charles Dickens publica Grandes esperanzas (1860), una de sus mejores y más conocidas novelas. Su inmediato éxito la hace objeto de alguna adaptación teatral y de varias cinematográficas, entre las que destaca la dirigida por David Lean en 1946, que en España se estrena como Cadenas rotas. Una buena producción británica, fiel al original y protagonizada por John Mills, Alec Guinness y una joven Jean Simmons. Cuarenta y tantos años y varias versiones para cine y televisión después de esta gran película, los norteamericanos han realizado una nueva adaptación con amplitud de medios y un buen reparto, donde Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow encarnan a la pareja protagonista, arropados por unos cada vez más excesivos Anne Bancroft y Robert de Niro. El atractivo de esta última versión de Grandes esperanzas reside en que varios guionistas -aunque sólo aparece Mitch Glazer, también ha intervenido el dramaturgo y director David Mamet- han abandonado el siglo XIX, y la han desarrollado en la actualidad en Florida y Nueva York.

Great expectations (Grandes esperanzas)

Director: Alfonso Cuarón. Guionista: Mitch Glazer. Fotografía: Ernmanuel Luberki. Música: PatrIck Doyle. Estados Unidos, 1997. Intérpretes: Ethan Hawke, Gwyneth Paltrow, Robert de Niro, Anne Bancroft. Estreno en Madrid: Palacio de la Prensa, Proyecciones, Peñalver, Conde Duque, La Vaguada, Odeón, Aluche, Lido, Albufera, Cine Cité, Real Cineina (V. 0. S.)

Nuevo envoltorio

Lo mejor que puede decirse de esta versión es que la gran historia narrada por Dickens sigue latiendo bajo este nuevo envoltorio, los guionistas han conseguido conservar muchos de sus valores o encontrar otros equivalentes, para contar una sencilla historia de amor entre una joven rica y un muchacho pobre, pero protegido por un hada madrina de características muy especiales.Esta gran historia, este buen guión que podía haber dado lugar a una interesante película, ha ido en manos del director Alonso Cuarón, un mexicano que trata de hacerse un sitio dentro de la industria norteamericana, y no ha sabido cómo narrarlo, ha estado a punto de destrozarlo por completo en sus ansias de hacer una producción lo más moderna posible, algo más parecido a un spot publicitario que a una auténtica película.

Basten como ejemplo los dos encuentros eróticos entre Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow, la escena en que él le acaricia las piernas y aquella otra en que ella posa desnuda. Están rodadas con muchos más planos de los necesarios, inclinando la cámara dejando a un lado la buena música original de Patrick Doyle para sustituirla por cancioncillas de moda. Alfonso Cuarón logra destrozarlas y que no transmitan el erotismo que destilan.

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