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Carles Alfaro se enfrenta sin miedo a la leyenda negra de 'Macbeth'

El director pone al servicio de Adriana Ozores el Shakespeare más temido

Es tradición que su nombre no se invoque a la ligera, y mucho menos en un teatro. Cuando no queda más remedio, los profesionales se refieren a la obra entre balbuceos como a "esa tragedia escocesa". Sobre ella pesan muchos fracasos y se auguran desgracias a los que osen ponerla en pie. Sí, hablamos de Macbeth, del inmortal Shakespeare, esa obra sobre la que en cierta ocasión un afamado crítico teatral británico escribió una larga y rigurosa crónica, que por lo general suelen ser malas, sin siquiera invocar el nombre.

"Ella es luchadora y orgullosa", explica el realizador de la protagonista
El actual montaje se inspira en una versión del poeta León Felipe

Pese a tantas supersticiones, el escenógrafo, director e iluminador Carles Alfaro se ve preparado para enfrentarse a su primer Shakespeare. Y no a cualquier Shakespeare. Ha estudiado, pensado, escogido y madurado el montaje y ya lo tiene listo para su estreno el 3 de junio (estará en cartel hasta el 12 de julio) en el teatro del Matadero, de Madrid.

MacbethLadyMacbeth lo han bautizado entre Alfaro (profesional ligado durante 25 años a Moma Teatro y que en los últimos tiempos vuela solo y vuela alto) y el filólogo y traductor Esteve Miralles, con quien ha hecho la versión de esta nueva producción del Teatro Español, capitaneado por Mario Gas.

Para pisar sobre seguro ante tanto gafe han confiado los papeles principales a dos actores de primera: Adriana Ozores y Francesc Orella. Comparten escenario con otros 10 profesionales, entre los que se encuentran Víctor Valverde, Vicenta Ndongo, Carlos Heredia, Andrés Herrera, Jorge Suquet y David de Gea.

Todos centran su trabajo en aspectos de la obra que a Miralles y a Alfaro les parecen fundamentales, "sin desproveerlos ni de su ambigüedad poética ni de su energía narrativa", dicen. Han extraído algunos pasajes, reducido el número de personajes y han dado mayor relieve a Lady Macbeth.

Después del viaje realizado por Alfaro y Miralles al fondo de la tragedia, algo les ha quedado claro. Nadie puede ya en el mundo defender la idea de que Lady Macbeth es malvada y Macbeth, un calzonazos: "Ella es una luchadora, no quiere creer en la resignación y su orgullo le dice que tiene derecho a actuar y que Macbeth merece ser rey", señalan. Alfaro piensa que la suma de ambos completa un acertado retrato del verdadero alma humana: "Son dos caras de una misma moneda, siempre será un enigma que el autor haga desaparecer a Lady Macbeth tan pronto".

No ocurre así en esta versión, en la que Adriana Ozores, miembro de una de las grandes sagas de cómicos españoles, vuelve a escena, donde desarrolló en los ochenta una de las carreras más brillantes del teatro. Hace ya 12 años cortó radicalmente sus vínculos con el medio y se pasó al cine y la televisión. Algo que, por cierto, llevó muy mal Adolfo Marsillach, quien la fichó como primera actriz de su Compañía Nacional de Teatro Clásico. Llegó a definir de incomprensible que rechazara ser la primera gran dama del teatro español de su generación por hacer cine.

Hoy, de su espantada dramática explica: "Creo que Adolfo sí lo entendió; antes de eso, le dejé tirado al quedarme embarazada y al darle la noticia me dijo cosas que están muy guardadas en mi corazón. Fue de una enorme generosidad". En cualquier caso, nada le hace arrepentirse de su huida: "He hecho cosas muy bonitas en estos medios..., y si vuelvo ahora es porque me hubiera arrepentido de no hacer esta Lady Macbeth". Un personaje con el que, asegura, tiene todo en común: "No hay nada en ella que no esté en mí", sentencia la actriz.

Ella nunca había trabajado con Alfaro. Sí lo había hecho Orella (logró un Max cuando aquél le dirigió en La caída, de Albert Camus). El actor ha dejado de ser una firme promesa, primero del teatro catalán y luego del teatro español, para convertirse en un sólido y excepcional valor de la interpretación europea tras trabajar con directores como Matthias Langhoff, Jorge Lavelli, Helder Costa, José Luis Gómez, Mario Gas, Lluís Pasqual, García Valdés, Flotats, Marsillach y tantos otros.

La mirada de Alfaro sobre Macbeth pasa por la versión que hizo León Felipe, El asesino del sueño (paráfrasis de Macbeth): "Ha sido una inspiración para nosotros a lo largo del proceso". También ha profundizado en Jan Kott y su Shakespeare, nuestro contemporáneo, gran biblia sobre el bardo inglés publicada en 1965. A partir de ahí, han emprendido un viaje a las profundidades del pensamiento acongojado que Shakespeare encarnizó en Macbeth.

Alfaro plantea un espacio escénico que transporta al público a un mundo subterráneo, en el que emergen dos islas entre el fango. "Aire, agua, tierra y cristal, cuatro elementos para esta tragedia, esta guerra sin cuartel en un mundo de topos", dice.

Adriana Ozores, durante un ensayo de <i>MacbethLadyMacbeth</i>.
Adriana Ozores, durante un ensayo de MacbethLadyMacbeth.ISAAC F. CALVO
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