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Carles Guinovart saca los colores a los sonidos en su última partitura sinfónica

La Simfònica de Barcelona estrena este fin de semana en el Auditori de la capital catalana la obra 'Klangfarben'

Recorrer los cuadros de una exposición a través de un concierto es lo que consiguió en 1874 Modest Mussorgski con su suite para piano Cuadros de una exposición, popularizada en las salas sinfónicas por la genial orquestación que de la obra hizo Maurice Ravel en 1922. Ahora, el compositor catalán Carles Guinovart (Barcelona 1941) sigue su senda convirtiendo en música los cuadros del artista plástico Salvador Alibau (Barcelona, 1925) en su última partitura sinfónica, Klangfarben, término que el propio compositor traduce como "los colores de los sonidos" o "pigmentos sonoros".

La obra, que estrena esta noche la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC), está dividida en tres secciones, dura 20 minutos y abre el concierto que este fin de semana dirige Eiji Oue a la formación orquestal en el Auditori de la capitana catalana, en el que también se interpreta la Sinfonía número 9 de Bruckner.

Guinovart conoció a Alibau en 2005 cuando acudió a una exposición de su obra en Sabiñánigo (Huesca) donde él participaba en unos cursos de música. "Encontré en su lenguaje pictórico muchas afinidades", asegura el compositor, quien cuenta que Alibau, que usa frecuentemente signos matemáticos en sus obras y ha acuñado el término matemártico, le animó a que escribiera una obra basándose en sus cuadros.

Cuando Guinovart recibió el encargo de la OBC de escribir una obra para esta temporada retomó la idea del artista de trabajar a partir de sus cuadros y jugando con el término Klangfarbenmelodie (Melodía de timbres), técnica musical apuntada por Arnold Schönberg en su Tratado de armonía de 1911 que el compositor explora en la partitura que decidió titular Klangfarben.

El compositor ha elegido cuatro de los cuadros de Alibau para crear inspirarse: Primavera (1996), Pájaro muerto transfigurado dentro de la cuadratura del círculo (2000), Fractal estelar (2003) y Evocación plástica del canto gregoriano (2008), todos realizados en fibra de celulosa pigmentada y cuyas reproducciones se entregarán al público en el concierto junto con el programa de mano.

"Los cuadros son la excusa que me permite explorar y especular todas las posibilidades de la orquesta, un instrumento del que los compositores en España no disponemos con la frecuencia que serie deseable", afirma Guinovart, quien, seguidor de las técnicas seriales, se permite en esta obra una concesión al espíritu del siglo XVIII con un tema tonal; una regresión a la Edad Media, en homenaje a la Evocación plástica del canto gregoriano, con una larga cita del Mariam Mater del Llibre Vermell de Montserrat al final de la obra; y una cita a quien fuera maestro suyo de composición, el francés Olivier Messiaen.

Carles Guinovart ocupó desde 1971 la cátedra de composición y orquestación del que fuera Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona y a partir de 2002 una plaza de profesor del departamento de Teoría, Composición y Dirección de la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC). Paralelamente, desde 1990 hasta 2002 impartió cursos de composición en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid. Compagina su labor pedagógica con la composición.

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